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Pablo Pineda

Lluvia de caramelos en el día de la ilusión

La cabalgata de los Reyes Magos diseñada por el grupo de voluntarios que cada año la impregna de solidaridad y color, pone la guinda a las fiestas navideñas en El Campillo

EL CAMPILLO. Una nueva lluvia de caramelos (en esta ocasión, masticables) endulzó el día de la ilusión en El Campillo, el de la Cabalgata de los Reyes Magos. Las carrozas, diseñadas por el esmero y el saber artesano del grupo de voluntarios que desde hace décadas construye los pilares de la noche más especial del año, que, con su derroche de generosidad, la impregnan del espíritu solidario y el amor que sólo ellos saben otorgarle, volvieron a engalanar las calles de la vieja Salvochea. La alegría que emanaba de las sonrisas de las decenas de niños que acompañaban a sus Majestades de Oriente en la comitiva real hizo el resto. Era la guinda perfecta a las fiestas navideñas en el núcleo minero.

La cabalgata cerraba, en la víspera de la anhelada llegada de regalos a los hogares campilleros (crisis mediante), un programa de actividades que abría el 17 de diciembre el Concierto de Navidad de la Banda de Música a beneficio del Cuerno de África en el Teatro Municipal Atalaya y el Trofeo de Fútbol 7 que midió en el Francisco Valero Rojas al Recreativo de Huelva benjamín, con el campillero Fermín López al frente, y al conjunto alevín de la Escuela Municipal de Fútbol Base. Era el pistoletazo de salida a un mes en el que la localidad también sería testigo de la concentración de la selección provincial alevín de fútbol y las actuaciones del Coro Parroquial Santa María de Jesús, de la Sección de Educación Permanente (Seper) Virgen de la Granada y del Grupo Flamenco Contracorriente.

Una exposición de belenes en el salón de plenos del Ayuntamiento, la obra de teatro Estampas de Navidad en el Atalaya o una campaña de recogida de juguetes paralela a la disputa de un encuentro entre las escuelas de fútbol de El Campillo e Higuera de la Sierra y en el Mercado de Abastos por parte de la Cruz Roja nutría la agenda cultural de la recta final del año 2011. Luego, el ejercicio se preparaba para su despedida definitiva con una sesión de aeróbic, una competición de paintball en la Reserva Natural de El Castillo de las Guardas (Sevilla) o una carrera nocturna, antesalas de la bienvenida al 2012 con las tradicionales campanadas de Nochevieja, las uvas y el brindis con champagne.

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