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Pablo Pineda

El baloncesto toma la calle

El baloncesto toma la calle

Las Juventudes Socialistas promueven un campeonato para dar una alternativa a los adolescentes y recuperar un deporte que brilló con el CB Saigón en El Campillo · Una gymkhana y una fiesta de la espuma completaron un cartel que alejó el alcohol de la agenda de los jóvenes

EL CAMPILLO. El baloncesto toma la calle en El Campillo. Como alternativa, como una opción para esa generación, la última, la más formada de la historia, que camina sin esperanza ante la oscuridad del horizonte más inmediato, el que alumbran las apabullantes estadísticas del paro juvenil. Como una vía de escape del abismo, de ese pozo en el que, sólo en apariencia, se ahogan las penas: el botellón. Los adolescentes dedican en verano, como ha hecho patente con su campaña la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), una media de 144 horas al consumo de alcohol. Contra ello se han rebelado en la antigua Salvochea las Juventudes Socialistas (JSA). El único arma empleado, el deporte, el juego. El desenlace, sin contar al numeroso público que se daba cita en la Plaza del Ayuntamiento, más de medio centenar de chavales (y otros algo mayores) alejados del vaso de tubo durante toda la noche, hasta bien entrada la madrugada, con las manos ocupadas con un balón y con un único pensamiento en su mente: tirar al aro para encestar. O bien, la resolución de cada una de las pruebas de la gymkhana celebrada en paralelo por las calles adyacentes.

Con el ocaso de la tarde empezaban las canastas, las asistencias, las penetraciones, los bloqueos y hasta algunos tapones sin nada que envidiar a los de los grandes pívots de la ACB o, por qué no, de la NBA. Eran las primeras acciones y ya se respiraba un cierto aire de nostalgia en el ambiente, la de quienes abanderaron los días de esplendor del baloncesto en El Campillo, una época, un auge ya apagado, desconocido por los pequeños de ahora, eclipsado por la omnipresencia del fútbol. JSA también perseguía eso, recuperar esta disciplina hoy tan olvidada a nivel local, la memoria de aquel mítico C.B. Saigón y de las estrellas formadas por las interminables horas de juego en el ‘poli’ (o donde fuera). Algunas de ellas estaban allí y retrocedieron varias décadas en el tiempo para sumergirse en esos años dorados en los que el deporte de la canasta vibraba con nombres como los de Manolo Campanario, Alonso García Viega, Juan Álvarez Marcos, José Domingo Delgado Pazos, Jorge Puente, Paco Puig, Ángel Gadea, Gilberto Domínguez, Juan Maestre, José Francisco Marín, José Manuel Martínez Limia, Mario Delgado, Juan Conde, Rafael Barba, Juan Serrano, Héctor Alejandro Muñoz, Maximiliano José Domínguez Vázquez, Manuel Marín, Fran Rodríguez, Gregorio García, Rafael Gómez, Diego Delgado Pazos, Carlos Domínguez Vázquez, Francisco Javier Domínguez Díaz, José Luis Rodríguez, Rafael Moreno, Juanito Escopeta...

Ellos dejaron el listón muy alto para quienes, hoy, recogen su testigo casi sin posibilidades de jugar. Pero no es una meta inalcanzable. Se vieron destellos de calidad que, si se unen al entrenamiento, invitan al optimismo. Al final, los ganadores (aunque era lo de menos) de un torneo en el que participaron 11 equipos (con representación de pueblos como Nerva, Minas de Riotinto y Zalamea la Real) fueron los Harlem Globetrotters (Jerónimo Mariano, Rafael Centeno y Javier Domínguez), que se coronaron tras imponerse a Los de la siesta (Delvin Rodríguez, Adrián Guerrero y Óscar Rodríguez) por 6-4. Tercero y cuarto fueron Carri y dos más (José Javier Carrión, Alejandro Navarro y Brayan González), que plantó cara a los subcampeones (7-6); y Salvochea (Miguel Lobo Mellado, Mateo Romero y Pablo Pineda), que sucumbió ante los vencedores por un contundente 9-3. Unas ‘semis’ a las que llegaron tras superar en los cuartos a Ya ganaremos (David Mariánez, Luis Miguel y Daniel Pereira; sextos) y Dream Team (Rubén Sánchez Valiño, Josedo Delgado e Ismael Romero Pajares; octavos). La quinta plaza fue para Usa 92 (José Viguera, David Santos y David Real); y la séptima, para Los Lakers (Juan Conde, Raúl García Campanario y Fernando Pineda). Urban Soul, Los del Poli y Los Perillas cayeron en la primera fase.

Hubo más. La jornada organizada por el brazo juvenil del PSOE quería abarcar más, tanto a ellas (en especial, ante la ausencia de conjuntos femeninos en el torneo de baloncesto callejero) como a los más pequeños. La fiesta de la espuma fue, en este sentido, un aperitivo refrescante frente a la ola de calor que atizaba a la noche. Después, la gymkhana, en la que adolescentes y niños, divididos en grupos, corrieron a una velocidad vertiginosa para sortear, uno tras otro, los distintos retos planteados por las Juventudes Socialistas. Paloma Sánchez Valiño, Jorge Macías y Macarena Ruiz fueron los más rápidos en pasar por lugares como la Casa del Pueblo o el campo de fútbol Francisco Valero Rojas, recabar zapatos, ropa y alimentos para una sociedad cada vez más descalza, indefensa, a causa de los recortes, disfrazarse de hawaiano, recoger basura para construir un municipio más limpio y saludable y darse un chapuzón bajo una manguera para tomar oxígeno y seguir la lucha por el desarrollo de su tierra, para quedarse en ella.

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