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Pablo Pineda

El Campillo no entra en Cuaresma

El Campillo no entra en Cuaresma

Seis agrupaciones se volverán a subir este fin de semana en el escenario del Teatro Atalaya en el Carnaval salvocheano · Viejos comparsistas y chirigoteros abren el viernes el telón de la fiesta de la libertad con un original pregón

EL CAMPILLO. El Campillo no entra en Cuaresma. Pocas veces lo ha hecho. El carnaval de la localidad minera se vuelve a meter de lleno en los días de ayuno y penitencia que prosiguen al miércoles de ceniza. Seis agrupaciones, como ya ocurriera en la pasada edición, se subirán al escenario del Teatro Municipal Atalaya este fin de semana para dar voz al pueblo con sus letrillas. Cuatro chirigotas, una de ellas femenina, y dos comparsas que aúnan experiencia y juventud sobre las tablas, que encarnan la resistencia de la fiesta de la libertad en la vieja Salvochea, emitirán su veredicto, gritarán las verdades, siempre envueltas en ironía, sátira, poesía y crítica, sobre lo acaecido en los últimos tiempos no sólo en el municipio, sino también en el conjunto de la Cuenca Minera y más allá de sus propias fronteras.

Cae una formación, la de los benjamines que en 2015 elevaban el nombre de Andalucía con Ocho corazones, un alma, y tampoco estará la anunciada reedición de la murga con la que integrantes de Los Trábalas y Heidemos Tela sentaban al público en las tablas para caricaturizarlo en 2003 con  Este año hacemos el choco. Pero, frente a ello, emerge una nueva agrupación, la de Los Manueles, que aportan savia fresca al eterno carnaval campillero con El lado femenino de Nicasio e Isabelino, un nombre con el que, bajo un tipo que guardan en secreto, aluden a dos veteranos policías locales del núcleo minero. Y, con ellos, el retorno, para colaborar, desde la retaguardia, para empujar, de algunos de esos viejos comparsistas y chirigoteros que inauguraron la etapa actual de la fiesta tras el silencio impuesto de la dictadura. Vuelven algunos de los precursores de la extinta Peña Los Califas y componentes ya retirados de Los Perendengues para abrir de nuevo el telón, esta vez con un pregón en forma de popurrí acompañado por una narración histórica.

Tras ellos, por trayectoria, historia aún vigente de las carnestolendas salvocheanas: la inagotable chirigota de Los Perendengues, que acumula, con ésta, 33 apariciones en el cartel, en esta ocasión con La talla 38... me aprieta... chocho; la compara de Los Diablos (27 años ininterrumpidos sobre el escenario), con su propuesta de Los supercarnavaleros: guapos, graciosos y copleros (comparsa low cost); y la murga de Los Esponjas (24), que arribarán al Teatro Atalaya como Los catalanes de la calle Korea. Tampoco faltará la chispa de las féminas de Las grillas estripá, quienes, tras debutar en 2010, prosiguen su camino en 2016 con Po’llo este año salgo seguro ni la consolidación de la comparsa de Los Carapintá, que confirma su regreso del pasado curso (después del paréntesis que siguió a El loco pintor de 2012) con Los divertidos.

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