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Pablo Pineda

El Campillo C.F. firma la primera victoria oficial de la era F. Javier Sánchez

Los blanquiazules, que merecieron más en las tres primeras jornadas ligueras, doblegan 1-3 al Higuera y se colocan séptimos a tres puntos del liderato

EL CAMPILLO. El Campillo C.F. ya sabe lo que es conocer la victoria en partido oficial. La era Francisco Javier Sánchez Rubio, un hombre de la casa con un proyecto cien por cien canterano, ya sabe lo que es saborear ese triunfo que se resistía desde el arranque de la competición en la Primera Provincial. Los blanquiazules, que habían merecido más ante el Tharsis B, el Calañas y el Aroche, duelos solventados con una derrota y dos empates, doblegaron el pasado domingo al Higuera, a domicilio, por un claro 1-3. Los artífices, Lilu Gordillo, con dos tantos, y Jorge Ochoa, con una diana.

Los tres puntos se alojaban en el zurrón minero como un bálsamo de esperanza y se erigían en la disipación definitiva de las dudas que pudiera suscitar la apuesta por un plantel tan joven, plagado de jugadores recién salidos de su etapa juvenil o, incluso, aún inmersos en ella. Las huestes salvocheanas, tras cuatro jornadas, son séptimos, con cinco puntos, a tan sólo tres de las escuadras que colideran la tabla, Beas y Atlético Cruceño, de un apretado Grupo II de Primera Provincial. El equilibrio es máximo. Las opciones para el Campillo C.F., todas, desde soñar con los puestos altos de la clasificación hasta limitarse a luchar por el que es el objetivo de la temporada, echar a rodar para formar un equipo de futuro. El fondo del pozo no parece su lugar.

De momento, los hombres de Francisco Javier Sánchez Rubio han roto el hielo y han comprobado, en los cuatro encuentros disputados, que, como mínimo, puede mirar de igual a igual a cualquier rival. Así lo hicieron en el debut ante el Tharsis B, en el siempre complejo feudo de cuadro rojiblanco y minero. La contienda se saldó con un 1-0 contrario a los intereses salvocheanos, pero bien pudo ser distinto el resultado. Con el Calañas, ya en el Valero Rojas, ídem. El Campillo C.F. se adelantaba con un tanto de Lilu Gordillo desde el punto de penalti y tuvo ocasiones para ampliar la brecha, pero, al final, se produjo el empate (1-1).

Una semana después, con el Aroche, también en casa, se repitió, si no el mismo, sí un guión parecido. Christian daba la vuelta al gol inicial de los serranos con dos remates de cabeza, pero luego, llegaba, en forma de jarro de agua fría un 2-2 que ya no se movería del marcador. La briega, el toque de una orquesta que dirige desde la medular Manu Montero y las ocasiones constituyeron la tónica dominante. La proeza estuvo cerca. Christian y Emilio tuvieron en sus botas ese tanto hacia el que empujaban las gradas del Valero Rojas. El crono jugaba en contra. La gloria se alcanzaba en Higuera.

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