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Pablo Pineda

La campaña de natación enseña a desenvolverse en el agua a más de 60 personas

La campaña de natación enseña a desenvolverse en el agua a más de 60 personas

Tres monitoras adiestran, de lunes a jueves, a un grupo de 33 adultos y 29 niños en una piscina municipal que, además, dispone de 433 socios

EL CAMPILLO. La piscina municipal se erige en uno de los principales atractivos del verano para el segmento de población de las localidades alejadas de la costa que decide pasar sus vacaciones en casa, lejos de la masificación propia de las playas. El Campillo es testigo directo de esta sentencia. Un grupo compuesto por 33 adultos, mujeres en su inmensa mayoría, y 29 niños con edades comprendidas entre 6 y 12 años, aprende a nadar, o perfecciona su técnica, en el agua del cubo campillero, en el marco de la campaña de natación planificada por el Ayuntamiento del núcleo minero. Ello, por una cuota de 25 euros que abarca la totalidad de la temporada estival. Las clases, impartidas por un equipo de tres monitoras, se producen, de lunes a jueves, entre las 20.00 y las 21.30 horas.

Pero, al margen del ejercicio físico, las instalaciones también dan lugar al descanso propio del baño. Así, la piscina cuenta con un registro de 433 socios en la presente edición, lo que equivale a casi el 20 por ciento del número de habitantes que conforman su padrón. El recinto, en consecuencia, se convierte en el principal punto de encuentro de quienes permanecen en el pueblo en los meses más calurosos del año y, para muchos, al abrir cada día de 12.00 a 20.00 horas, en una alternativa refrescante a la siesta. Con el fin de maximizar su vocación de servicio público y favorecer su consolidación como espacio de convivencia, los precios de los abonos se mantienen inalterables desde 2004 (fecha de la inauguración). Oscilan entre los 37,5 euros de un carné individual de adultos (22 euros en el caso de un niño de entre 5 y 11 años) hasta los 70 euros de un pase para una familia integrada por cinco miembros.

Un espacio de ocio que genera siete empleos directos

Al mismo tiempo que aporta a El Campillo un espacio de ocio en el que combatir las altas temperaturas estivales, la piscina municipal genera, aunque en términos de estacionalidad, siete puestos de trabajo directos. Tres socorristas-monitores, dos taquilleros, un técnico de mantenimiento y una limpiadora configuran una plantilla empleada desde finales de junio hasta, como mínimo, el cierre del mes de agosto. Algo a lo que hay que añadir la fuente de ingresos que supone el bar para su adjudicatario.

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