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Pablo Pineda

Manuel Romero Fernández, Hijo Predilecto de El Campillo

Manuel Romero Fernández, ‘El Locomotoro’, es, sin necesidad de nombrarlo de manera oficial, Hijo Predilecto de El Campillo, por su espíritu luchador, por su rebeldía, por su capacidad para defender causas perdidas y ganarlas gracias a su tesón, a su incansable corazón. Siempre impregnado por su mono azul, es un pozo sin fondo de solidaridad, la cara de la entrega a los demás en su vertiente más extrema. Un hombre que ha regalado su vida a los más frágiles, como obrero, como minero y, sobre todo, como humano.

Sólo él podía ser capaz de fundar desde la nada la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer (AFA) de El Campillo hasta acariciar el millar de socios y levantar, como colofón y como pilar de bienestar social y económico para nuestro municipio, la Unidad de Estancia Diurna Teresa Sousa Prieto, su compañera, su amada esposa, afectada por esa terrible patología que borra de la memoria de nuestros mayores su más preciado tesoro, el recuerdo de toda una vida.

‘El Loco’ rebosa bondad y humildad. Unos valores que lo han convertido también en un referente político, en una institución, en El Campillo, donde, como concejal del PCE, primero, y de IU, después, nunca dejó de remangarse para trabajar por su tierra y por su gente, hasta desde la oposición, con independencia de siglas y colores. La razón, porque todos, incluso aquellos a quienes lanzaba sus habituales y cariñosos improperios, eran para él seres queridos, muy queridos, porque las personas siempre fueron para él lo más importante.

Hoy, a sus 76 años y pese a la larga y grave enfermedad con la que convive desde hace más de un lustro, con un tesón impropio, sin temor alguno a la muerte, no pierde la esperanza en un mañana mejor, no para él, que no lo quiere, sino, fruto de su insaciable generosidad, para los demás; como tampoco cesa en su empeño, a veces obstinado, por innecesario, en agradecer su apoyo a todos cuanto le ayudaron en estos años de briega. Algo que hace sin saber que somos los demás, la inmensa mayoría de quienes nos hemos cruzado en su camino en algún momento, quienes damos gracias por haberle conocido, por emerger, en especial, ante las dificultades, como una inagotable fuente de esperanza para los más débiles.

Por todo ello, los campilleros estamos en deuda con Manuel Romero Fernández, ‘El Loco’. Y una forma de saldar esa deuda, de devolverle aunque sólo sea una pequeña parte de todo el amor que nos ha dado, es, precisamente, declararlo Hijo Predilecto de El Campillo. Hoy, en un ejercicio de justicia, y de la única manera que él lo aceptaría, bajo la unanimidad de todas las fuerzas políticas, ya lo es.

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