Seis agrupaciones dan la voz al pueblo
El Carnaval de El Campillo resiste con seis comparsas y chirigotas · La joven Pilar Gómez reina la fiesta de la libertad · El desfile puso el color a un contexto gris
EL CAMPILLO. Seis agrupaciones daban la voz al pueblo en los pasados carnavales, una más que en 2014 (las mismas que en 2013 y 2012). La fiesta de la libertad resiste en la antigua Salvochea. Las chirigotas y comparsas gritan verdades con las letras y la música de sus repertorios y el color de sus disfraces en plena época de Cuaresma. Al compás del tres por cuatro, con notas de ironía, sátira y humor hablaban una vez más, alto y claro, sobre el contexto social, político, económico y cultural que rodea al municipio, sumido en la esperanza de la reapertura de la mina y en un año de promesas dadas las inminentes citas con las urnas.
El veredicto, como siempre, fue justo, porque parte de la sabiduría, la del pueblo y la de la experiencia sobre las tablas. Son ya 32 las apariciones de la murga de la Peña Los Perendengues sobre las tablas del Teatro Atalaya; 26, las de la comparsa de la Peña Los Diablos; y 23, las de la chirigota de la Peña Los Esponjas. Los primeros pusieron en escena un peculiar programa local de top chef titulado ¡Qué bien, qué bien, hoy comemos con Francisco Javier!; los segundos adelantaban un mundo de zombis bajo el nombre Los del futuro; y los terceros traían al público los entresijos de una despedida de soltera con ¡Esta noche lo vamos a petá!
La velada estaba servida, con unos ingredientes a los que se sumaba la chispa de las féminas de Las grillas estripá, que en encarnaban a esos muñecos ahora defenestrados que antaño copaban los televisores de cada hogar con Estuve en la tienda Jaime y macordé de ti; la savia fresca de los cada vez menos benjamines de Ocho corazones, un alma, que elevaron el nombre de Andalucía; y el retorno de la comparsa de Fantasía de Carnaval, ahora Los Guardianes del Averno. Antes, el fin de semana previo, irrumpía en el carnaval de El Campillo la comparsa gaditana Los Millonarios, de Juan Carlos Aragón.
Con estos sones partió la fiesta hacia la calle, hacia un desfile en el que exhibiría su reinado la joven salvocheana Pilar Gómez Rodríguez. La amplia amalgama de disfraces con la que la gente se lanzaba a las rúas de la localidad, se evadía de la rutina, ponía el broche, el color, a un contexto siempre más gris, a la oscuridad del desempleo y la pérdida de bienestar. El pueblo se rebelaba contra la adversidad, contra esas inclemencias con las que convive desde tiempos remotos, desde aquel cierre de la línea del cobre que sólo el sonido del primer barreno en el yacimiento de Cerro Colorado podrá ayudar a olvidar.
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