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Pablo Pineda

El día de la participación

El día de la participación

Trece entidades vuelcan su actividad sobre la ciudadanía en el XIV Encuentro de Asociaciones de El Campillo

EL CAMPILLO. El día (el fin de semana) de la participación. Trece entidades sin ánimo de lucro, solidarias, volcaron su obra sobre la ciudadanía en el XIV Encuentro de Asociaciones de El Campillo, la ineludible cita, marcada en rojo en el calendario del tejido social salvocheano, celebrada entre el 14 y el 15 de junio en la Plaza del Ayuntamiento de la localidad minera. Era su momento, el de poner en valor su aportación, su contribución, al bienestar social, a la igualdad, a la cultura, al medio ambiente, al deporte...

El programa era amplio, como el elenco de asociaciones que se dieron la mano, una vez más, en esta iniciativa promovida, desde 2001, por el Ayuntamiento de El Campillo y los Servicios Sociales Comunitarios adscritos a la Diputación Provincial de Huelva. No faltó la lucha contra el olvido de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer (AFA) de El Campillo a través de su irremplazable tómbola solidaria y la rebeldía contra el cáncer de Acamacum y los dulces de sus manos artesanas. Todo ello, en un escenario en la que la mujer era actriz protagonista, a través de Mucam, Atenea y el Taller El Duende.

Las hermandades de la Santa Cruz y de la Virgen de La Granada también ocupaban su espacio, como lo hacen, bien arraigadas, en el paisanaje de un municipio que en primavera se baña en flores. Tanto como el carnaval, presente, como cada mes de febrero, con las letrillas de las veteranas peñas Los Diablos y Los Esponjas, con un toque de ironía, de crítica, de libertad musical al que acompañó la solemnidad de la Banda de Música y los Amigos del Aula. Todo ello, en un ambiente envuelto por la mejor temporada de la Escuela Municipal de Fútbol Base, las rifas de la Peña Barcelonista Camp Barça y la pasión por el caballo de La Guindaleta.

Actuaciones, exposiciones de manualidades, una amalgama de juegos de mesa tradicionales y de agua, saludables maratones de aeróbic, baile de salón, degustaciones de las tapas más variadas y exquisitas, comidas populares... La estampa, la convivencia, la alegría, la suma, la fusión de todo ese esfuerzo desinteresado, de esa inestimable e imprescindible entrega a los demás, al municipio propio, al desarrollo rural, a la dinamización sociocultural, a la fijación de la población al territorio, era completa. El compromiso, renovado.

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