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Pablo Pineda

Riotinto comenzará la producción comercial de cobre en enero a un ritmo de cinco millones de toneladas

Riotinto comenzará la producción comercial de cobre en enero a un ritmo de cinco millones de toneladas

La fase de puesta en marcha de las instalaciones ha supuesto una inversión de 200 millones de euros y la creación de una plantilla de 250 personas

CUENCA MINERA. La empresa Atalaya Mining (hasta hace poco Emed Tartessus), filial de Emed Mining, que lidera el proyecto de reapertura de la mina de Riotinto, que cerró sus instalaciones en 2001 y que llevó el pasado mes de abril la primera voladura desde aquella fecha, se convertirá en pocos días, en concreto, a principios de año, en productor oficial de cobre a un ritmo de cinco millones de toneladas al año. La noticia llega, según confirman desde la compañía, después de que se hayan completado los trabajos de la primera fase de la iniciativa y se alcanzara el pasado verano la primera producción en pruebas. Comienza, por tanto, la comercialización, la ansiada salida del metal rojo a los mercados internacionales después de que el yacimiento volviera a rugir la pasada primavera con aquella primera detonación programada y secuenciada de 6.500 kilos de explosivo.

Atrás quedan, por tanto, los meses de puesta a punto de las instalaciones industriales de procesado de mineral para dotarlas de potencial para esos cinco millones de toneladas por ejercicio. Una etapa que, bajo los datos que aporta la empresa, ha supuesto una inversión de más de 200 millones de euros y la conformación de una plantilla de 250 personas, a las que hay que sumar los puestos de trabajo indirectos e inducidos generados, que pueden elevarse hasta triplicar la cantidad de empleos directos. Atalaya Mining, con respecto a la polémica en torno a la procedencia de la mano de obra y remarca que alrededor del 70 por ciento de los trabajadores son personas de la Cuenca Minera.

La planta ha producido en pruebas con éxito hasta el punto de alcanzar, a lo largo del mes de octubre, hasta el 80 por ciento de la capacidad de diseño de la primera fase, con concentrados que, si bien todavía no se sitúan en las especificaciones deseadas, sí presentan leyes por encima del 18 por ciento de cobre. Del mismo modo, desde la compañía indican que el proyecto de expansión de esta fase está ya en marcha e implica un incremento del volumen hasta los 7,5 millones de toneladas por año. Los trabajos relacionados con este proyecto se encuentran ejecutados en un 64 por ciento y la ingeniería terminada. En concreto, una de las claves de esta aventura es la instalación de un nuevo molino de bolas, cuyas piezas se encuentran ya en la mina a la espera de montaje. Atalaya Mining aspira a materializar estos objetivos a mediados de 2016 o, incluso, antes.

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