El Campillo vuelve a venerar a Don Carnal
El pueblo se lanzó disfrazado a la calle en un desfile que certificó el renacimiento de unas fiestas que han contado con 8 agrupaciones locales
EL CAMPILLO. Don Carnal volvió a conquistar al pueblo campillero. Centenares de vecinos salieron disfrazados a la calle para venerar al señor del carnaval, del goce, de la ironía, de la sátira, de la crítica, al símbolo que mejor representa a la voz de las masas frente al orden establecido. Una nutrida cola de máscaras y colorido recorrió el casco urbano del núcleo minero de cabo a rabo en un desfile que certificó el renacimiento de la que se puede considerar como la fiesta de la libertad. Un resurgir al que ya apuntaban las ocho agrupaciones que se subieron al escenario del Teatro Municipal Atalaya en la fase de actuaciones, dos más que en las dos últimas ediciones y el doble que en la de 2007.
Las letrillas de comparsas y chirigotas se entremezclaban con los sones de la charanga que encabezaba la comitiva para anegar de magnánimas dosis de alegría cada rincón del municipio. Era un canto a la juerga en toda regla, una oda a la convivencia y la participación, un altavoz para la expresión de las voluntades de los ciudadanos. Todos caminaban juntos, abrazados por la pasión de las carnestolendas y las botellas de aguardiente que rulaban de una punta a otra a la vez que clamaban al cielo el estribillo del himno del carnaval de El Campillo, aquella vieja canción de febrero que propugna que “¡los campilleros somos especiales, los campilleros somos internacionales!”.
Nadie se cansaba de saltar ni cantar, como tampoco de hacer el ya tradicional baile de la cucaracha. La serpiente multicolor avanzaba dejando un cerco de papelillos y serpentinas a su paso. Y así llegó de nuevo al punto de partida, a la Plaza del Ayuntamiento, donde, como broche, comenzaron a volar cántaros de un integrante a otro de las distintas agrupaciones locales. El desenlace estaba escrito, su rotura. Y no tardó mucho en producirse. Los restos de los ocho que salieron a escena (uno por comparsa o chirigota) esparcidos por el paseo marcaban el final de una fiesta que vuelve al silencio ante la llegada de la Cuaresma.
El pregón reivindica el papel de la mujer
El carnaval 2010 de El Campillo pasará a la historia como el primero en el que el pregón fue pronunciado por una mujer. Su nombre, María del Mar Rodríguez, ex concejal de Cultura y ligada, como afirmó en su discurso, a la peña Los Perendengues. No desperdició la oportunidad que le brindaba esa tribuna. Reivindicó el papel de la mujer en las carnestolendas: fundamental en los inicios de la fiesta, pues eran las madres y hermanas las que, con su esfuerzo y esmero, posibilitaban que los hombres pudieran lucir un disfraz sobre el escenario; pero aún más importante en el presente, porque “hemos dejado de ser comparsas para convertirnos en comparsistas”. Los datos le dan la razón. Tres de las ocho agrupaciones de este año son femeninas.
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