Los Puentes soterrados
EL CAMPILLO. La riada de escombros continúa su avance, sigue su curso. Cruza el núcleo urbano de El Campillo desde el extremo noreste de la calle Concha Espina hasta el suroeste, hasta Los Puentes, soterrados por una ingente cantidad de cascotes que, quién sabe, quizás pretenda contener la escorrentía de la lluviosa aurora primaveral, ahogar la vida de un parque que yace sumido en el temor de convertirse en lo que en una época casi remota ya fue: un vertedero, una esterquera. Y, de paso, como daño colateral (o como fin real), embargar las viviendas que se levantan a escasos centímetros de donde se asienta ese nuevo inquilino, esa mole de desechos, apoderarse de ellas. Los créditos hipotecarios ya no constituyen la única amenaza de desahucio de las casas. Ahora también lo son los restos, los despojos, de las propias obras que las construyen.
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