Blogia
Pablo Pineda

La juez absuelve al parado al que Cuaresma denunció por “vejaciones y amenazas”

José Luis García se dirigió al Consistorio para pedir explicaciones por el descenso de 25 puestos de su mujer en la Bolsa de Empleo y la negativa del Ayuntamiento a abonar sus cuotas a la Mancomunidad para que los alumnos de los talleres de empleo cobraran su salario

EL CAMPILLO. Ya había dado diversos amagos y, al final, cumplió su palabra. El alcalde de El Campillo, el andalucista Francisco Javier Cuaresma, tras advertir a varios vecinos que “no tengo por qué aguantar esto”, cuando, como ciudadanos, le mostraban su descontento, seguido de un intimidador “voy a llamar a la Guardia Civil”, daba el 27 de febrero un paso más en esta conducta que mantiene como una constante desde que arrancara su mandato en junio de 2011. Ese día denunciaba a un parado del pueblo, José Luis García Rodríguez (las Juventudes Socialistas, demandadas el 14 de abril por la colocación de la bandera republicana en el Ayuntamiento, por tanto, no son sus únicas víctimas).

El pecado de José Luis, acudir al Ayuntamiento para pedir explicaciones por el “incomprensible” descenso de más de 25 puestos de su mujer en la Bolsa Municipal de Empleo sin haber sido nunca llamada para trabajar y, de paso, reclamarle que pagara a la Mancomunidad de la Cuenca Minera la cuota que le correspondía para que los cerca de 200 alumnos de los talleres de empleo finalizados en diciembre de 2011, entre los que él se encontraba también, pudieran cobrar, de una vez, el salario que se les adeudaba. El regidor del PA, lejos de darle respuestas, lo llevó al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 1 de Valverde del Camino por una presunta falta de vejaciones y amenazas. La Justicia dictó sentencia el 8 de marzo: lo absolvió de toda culpa, lo declaró inocente.

La juez fue tajante: “no ha quedado probado” que José Luis García Rodríguez dirigiera al alcalde “expresiones atentatorias contra su honor” ni le lanzara, “con el propósito de amedrentarlo o causarle temor”, la expresión “si quieres, nos vemos abajo en la puerta”. Ésas fueron las acusaciones de Francisco Javier Cuaresma, que, como anécdota, alegaba, además, que el denunciado “carecía de cita previa” para personarse en su despacho (se supone que no hacía falta solicitarla desde que gobernaba la alianza PP-PA). Una vez valoradas las declaraciones de las distintas partes, el fallo judicial muestra la “convicción” de que los hechos no fueron más que una mera “discusión”, tras lo que añade que, pese a la insistencia de la magistrada, el regidor de El Campillo no fue capaz de concretar los supuestos insultos que le profirió.

El afectado, si bien reconoce que, quizás, por la desesperación de su situación de desempleo pudo elevar el tono a medida que comprobaba cómo el alcalde andalucista poco menos que le ignoraba o le invitaba, “desde una postura chulesca”, a demandar al Ayuntamiento, negó con rotundidad las expresiones que le imputaba Cuaresma. “Sólo le dije voy a ir a por ti”, una frase con la que “me refería, exclusivamente, a términos políticos”. José Luis García Rodríguez asevera, en este sentido, que “jamás he agredido a nadie ni me he visto envuelto en ningún episodio violento”. Éste es, precisamente, el motivo por el que quiere que la ciudadanía conozca el veredicto, “para mantener intacto, limpio, mi honor, mi dignidad y mi propia imagen, la mía y la de mi familia”.

0 comentarios