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Pablo Pineda

Set, partido y hacia arriba

El Campillo se eleva hasta la segunda posición tras pasar por encima del Zarza con un 6-0 en un choque que tuvo un nombre propio: Lilu Gordillo · El extremo firmó un ‘hat-trick’ y suma seis goles en cinco jornadas de Liga

EL CAMPILLO. Set, partido, tres puntos, segunda victoria consecutiva (primera en casa) y cuarta jornada invicto. El Campillo C.F. endosaba el pasado domingo en el Francisco Valero Rojas un duro correctivo al Zarza, un contundente e incontestable 6-0 que tuvo como figura estelar, como azote del enemigo, a Lilu Gordillo. El extremo diestro  salvocheano firmó un hat-trick (y suma seis goles en los cinco encuentros disputados de Liga) que, con la complicidad de los tantos de Christian, Vicente y Jorge Ochoa, catapulta al combinado de Francisco Javier Sánchez Rubio, con ocho puntos, hasta la segunda posición del Grupo II de Primera Provincial, a sólo un punto del líder, el Tharsis B (nueve), aunque con un duelo más que el Beas (ocho), el Riotinto Balompié (siete) o el Atlético Cruceño (seis) después de la retirada de la competición del Chanza (sin esa reestructuración -de la que los de la Cuna del Fútbol, que cayeron en Cortegana, han salido como los grandes beneficiados-, los blanquiazules serían cuartos a tres puntos de la cabeza y a uno de una segunda plaza que compartirían cruceños y tharsileños).

El proyecto campillero, el más local de los últimos tiempos, cien por cien canterano, mira hacia arriba. Hay mimbres, los que emanan de una Escuela Municipal de Fútbol Base que, con conjuntos en todas las categorías, desde prebenjamines hasta juveniles, se erige en referente en la provincia y empieza a dar resultados en el cuadro amateur. El objetivo, en esta temporada en la que el club ha renunciado a su plaza en Regional Preferente para comenzar de cero, es hacer equipo, consolidar esos cimientos para, ya en el futuro, pensar en el ascenso de categoría. De momento, cumple. Tras una derrota en el feudo de quienes ahora comandan la clasificación y dos empates con el sabor agridulce del que se va a los vestuarios con el convencimiento de haber merecido más, los pupilos de Francisco Javier Sánchez Rubio han encadenado dos triunfos consecutivos. Y lo han hecho con solvencia, con nueve tantos a favor por sólo uno en contra. Ahora, este domingo, a las 12:30, espera el Riotinto Balompié, en la Cuna del Fútbol.

El choque con el Zarza fue apoteósico. La superioridad, aplastante. Los blanquiazules abrían pronto la brecha. Christian exhibe su oportunismo y peina lo justo en el saque de una falta para sorprender al guardameta visitante. Era el 1-0 y el tercer tanto del joven ariete minero en la presente Liga. No obstante, las espadas estaban aún en todo lo alto. El marcador era corto y las huestes salvocheanas querían más. Tenían sed. Las gradas también. Y apareció Lilu Gordillo para saciarla. De un potente zurriagazo con su pierna buena, la derecha, arrancó de cuajo las telarañas de la escuadra. Un auténtico golazo. Un 2-0 para elevarse hacia la cúspide, hacia el cielo, hacia el olimpo a cuya puerta llamaba el extremo campillero con su tanto. Él quería más. El cuadro minero, también. Y llegó el tercero, otra vez con él como protagonista. Y el cuarto, de nuevo suyo. Para luego ser sustituido con una fuerte ovación e instancias a la directiva del club para que le entregara el balón. Era la fiesta del fútbol, a la que se apuntaron luego Vicente y Jorge Ochoa para redondear la faena, cerrar el set, allanar el camino y alimentar la ilusión.

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