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Pablo Pineda

Los Cipreses, el abandono de la austeridad

Los Cipreses, el abandono de la austeridad

El parque se erige en una losa para un Ayuntamiento que no puede acceder a ayudas para su mantenimiento, al ser, mientras culmina la expropiación, un espacio de titularidad privada

EL CAMPILLO. La conservación del Parque Municipal Los Cipreses, un espacio considerado como el ‘pulmón verde’ de El Campillo y, en consecuencia, uno de sus principales reclamos turísticos, emerge como una asignatura pendiente que se atraganta cada año al Ayuntamiento de la localidad minera, cuyas reducidas arcas, como expone la alcaldesa, la socialista Encarnación Palazuelo, carecen de capacidad para acometer una limpieza constante de las hierbas y pastizales que crecen sin freno en los tiempos de lluvias, sin olvidar el tratamiento personalizado que requieren especies protegidas como el brezo albino. La maleza, por tanto, sólo es cortada en torno a dos o tres veces al año, de modo que durante buena parte del mismo, sobre todo, en los meses de invierno, la vegetación alcanza unos niveles que dificultan el tránsito de viandantes más allá de los márgenes de los carriles. En algunos puntos, los pastos rondan, incluso, el metro de altura para tapar, en cierta medida, la existencia de mesas y bancos que se distribuyen por el parque natural. Es el abandono de la austeridad a la que se ve abocado un Consistorio con los escasos recursos de un pueblo pequeño de una comarca en crisis.

La situación convive, en paralelo, con la imposibilidad de acceder a subvenciones destinadas al mantenimiento de esta parcela de 75.180 metros cuadrados calificada como Zona Verde de Especial Protección. La razón, su titularidad privada. Algo que responde a los embargos sufridos por la extinta Minas de Río Tinto (MRT) SAL, que dejó este enclave en manos de la sociedad Construcciones Zeitung SL, sociedad que la adquirió, aunque no libre de cargas, en una subasta lanzada por la Caja de Ahorros El Monte. No obstante, Palazuelo ve un haz de luz en el actual proceso de expropiación forzosa, que permitirá al Ayuntamiento asumir el control absoluto del suelo (del vuelo ha dispuesto siempre por una antigua concesión a perpetuidad de las compañías mineras) mediante el pago a la Seguridad Social de un justiprecio cifrado en 65.782,5 euros, cantidad que será abonada de un modo íntegro por la Diputación Provincial de Huelva. Una vez que esté en manos públicas de manera definitiva y tras su posterior catalogación como espacio periurbano, “sí será posible la solicitud de ayudas económicas en busca de una atención más continuada”, espetó la regidora.

Las alambradas que bordean Los Cipreses también se hallan caídas en gran parte de su recorrido desde hace meses, aunque este apartado será solucionado, como expone Encarnación Palazuelo, en breve. Con un presupuesto de alrededor de 100.000 euros, de los cuales la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía aportará el 60 por ciento y el Ayuntamiento, el 40 por ciento restante, se levantarán por todo el perímetro vallas de dos metros de altura, de color verde y construidas a partir de elementos más resistentes y estéticos como el PVC. Esta actuación, al tratarse de la señalización de un punto de interés turístico, sí ha podido acogerse a las ayudas ordinarias de la Administración autonómica. De momento, el material para el cercado del parque está encargado a los proveedores para ser instalado en el instante de su recepción. La limpieza permanente de la principal franja verde de El Campillo necesita, bajo las estimaciones de la alcaldesa, un presupuesto anual que oscila entre los 25.000 y los 30.000 euros, un apartado al que hay que añadir la reparación de las farolas que, con frecuencia, son objeto de actos vandálicos.

Los ciervos ya no integran un área zoológica pequeña para ellos

Los ciervos han sido a lo largo de los años una de las figuras más emblemáticas del Parque Municipal Los Cipreses, con su presencia en un área zoológica integrada por patos, cabras, pájaros y, en su momento, también por monos. Pero la condición de animales silvestres de esos mamíferos rumiantes convertía la zona en un hábitat inadecuado que, incluso, por la falta de una extensa superficie que recorrer en su vida cotidiana, les empezaba a causar problemas de salud en forma de deformaciones óseas, motivo por el cual el Ayuntamiento decidió ponerlos en libertad. La alternativa, ahora, en palabras de la alcaldesa de El Campillo, Encarnación Palazuelo (PSOE), pasa por estudiar la viabilidad, económica y medioambiental, de un espacio dedicado a especies domésticas.

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