El pacto de 'progreso' desata una sucesión de escritos de confrontación política
Miembros de IU rechazan la alianza con el PSOE, calificada de “estafa” por el PA, mientras los socialistas defienden la unidad de la izquierda.
EL CAMPILLO. La novedosa situación política inaugurada por unas elecciones municipales que han privado, por vez primera desde la restauración de la democracia, de mayoría absoluta a la fuerza más votada en El Campillo ha derivado en una sucesión de escritos firmados por cada una de las agrupaciones políticas locales. La veda, abierta por algunos de los componentes de la lista de IU, tras la certificación del denominado ‘pacto de progreso’ que permitió a la candidatura socialista liderada por Encarnación Palazuelo mantener la Alcaldía, gracias al apoyo del único edil obtenido en las urnas por la coalición, Álvaro Romero. Apenas tres días después del pleno de Constitución de la nueva Corporación veía la luz, tras un largo paréntesis de silencio, ‘El Candil’, el órgano informativo de IU, en el que varios compañeros de Romero rechazaban su alianza con el PSOE y le exigían la dimisión y la renuncia a su acta de concejal.
Los argumentos esgrimidos en el documento lanzado por once de los integrantes de la lista de la coalición (todos, a excepción de Álvaro Romero y Manuel Romero) y el miembro que abandonó la misma pocas horas antes del sufragio, Carlos Federico Castellano, se centran en la presunta intención de los izquierdistas de conservar su “independencia” mediante la no concreción de ningún acuerdo con los socialistas. Una postura cimentada, según exponían, en su “respeto a la decisión del pueblo”, que, con una participación del 65,71 por ciento, había dejado al PA (557 votos) como partido más respaldado, aunque con sólo 60 votos de diferencia sobre los socialistas (497 votos).
Poco tardó en emerger la respuesta del PA, que tildó, en un panfleto distribuido por las casas campilleras, de “estafa” a la coalición certificada entre PSOE e IU para neutralizar la exigua ventaja cosechada por los andalucistas con respecto al proyecto socialista en los comicios del 27-M, cuyos resultados dejaron a ambos grupos igualados a cinco ediles. En este punto, bajo un discurso combativo, desde el comité local de los nacionalistas basan sus acusaciones en una supuesta falta de compromiso por parte del aspirante izquierdista, quien, en palabras del PA, les había comunicado, en el marco de la ronda de negociaciones, “su firme determinación” de no apoyar a ninguna de las dos formaciones locales mayoritarias, lo cual, de haberse cumplido en la práctica, habría suscitado un gobierno en minoría de los andalucistas.
Desde la agrupación que, con Francisco Javier Cuaresma a la cabeza, a punto ha estado de desbancar al PSOE interpretan que esta última fuerza, fruto de su influencia en las distintas administraciones, “ha comprado” al único concejal de IU, quien, desde su punto de vista, “ha quedado deslegitimado”, debido a que “ha utilizado su posición para traicionar a sus votantes, a la Asamblea local de la coalición e, incluso, al pueblo de El Campillo”.
Frente a estas críticas vertidas contra su histórico acercamiento a los socialistas, hay que recordar que Álvaro Romero ya alegó, para la defensa de su acción, la ausencia de motivos razonables que justificaran su no adhesión a las directrices procedentes de la dirección provincial de IU, así como la carencia de una “clara” propuesta de gobierno puesta sobre la mesa por parte del PA, cuyos representantes, bajo las declaraciones del edil izquierdista y primer teniente alcalde del Ayuntamiento de El Campillo, se limitaron a pedirle su “apoyo incondicional” para sentarse a hablar una vez constituida la nueva Corporación.
Más tardía ha sido, en este sentido, la reacción del PSOE, que ha vuelto a publicar su revista ‘El Socialista de El Campillo’, compuesto en el primer número del presente mandato, de forma exclusiva, por una carta del secretario general de la Ejecutiva local y ex regidor campillero, Fernando Pineda. Como él mismo afirma en su escrito, en el que aprovecha para despedirse tras una trayectoria de 28 años como miembro de la Corporación municipal, la demora responde a su pretensión de esperar al retorno de la necesaria “paz social” al pueblo. Su alocución se focaliza en la defensa de la unidad de la izquierda y de la legitimidad de un pacto “lógico y coherente” entre dos partidos próximos en materia ideológica para evitar el gobierno de la derecha. Algo que, según se desprende de su mensaje, ha contribuido a enterrar la tradicional división que ha caracterizado las relaciones de las direcciones locales de PSOE e IU desde el restablecimiento de las libertades, un nuevo paso que, a su juicio, “incidirá en beneficios para los sectores más desfavorecidos de la sociedad”.
Para Pineda, la ética “obliga” a los grupos minoritarios a apoyar a la opción mayoritaria más cercana en términos ideológicos, de modo que “no habría tenido sentido que, por acción u omisión, IU no hubiera facilitado un gobierno municipal de izquierdas”. El secretario general del PSOE local sentencia, en esta línea, que “no siempre es la lista más votada la que gana unas elecciones”, sino que “éstas, en todos los casos, dejan una mayoría absoluta”, la cual ha recaído, en el caso campillero, en la “izquierda ideológica”.
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