Con la vitalidad y la ilusión del primer día
Más de cien mayores de la Cuenca, en su mayoría mujeres, participaron en la jornada de deporte en la calle celebrada en La Granada de Riotinto
LA GRANADA DE RIOTINTO. La búsqueda de la felicidad, ese anhelo que rige cada uno de los pasos del ser humano, en múltiples ocasiones, culmina en las más pequeñas cosas, en unos instantes que, sin ser apreciados, eluden su aparente insignificancia para otorgar la plenitud a sus protagonistas directos. Y el enorme valor de esos minúsculos acontecimientos aislados se hace aún más palpable si cabe cuando los actores que intervienen en ellos son personas que ya han dejado atrás las siempre evocadas etapas de la infancia y la juventud. La jornada comarcal de deporte en la calle celebrada en La Granada de Riotinto sirvió, en este sentido, para anegar de esperanzas el espíritu de más de cien mayores de la Cuenca Minera.
Con la vitalidad y la ilusión propias del primer día, de esa niñez que buscaba en la fantasía la evasión de una realidad cruel, la de una guerra entre hermanos y la de una posguerra de hambre y represión, los participantes se embarcaron en un senderismo de varios kilómetros de trayecto que les adentró en la magnanimidad de los rincones de un pueblo por descubrir: La Granada de Riotinto. Sus estrechas y acogedoras calles empedradas, su plaza y su iglesia parroquial, su belleza paisajística y medioambiental, la mezcla de los aires mineros y serranos en un municipio que cabalga a medio camino entre ambas comarcas; todo fue objeto de la atenta y expectante mirada de los excepcionales peregrinos. Un grupo perteneciente a una generación que no duda en aprovechar la nueva oportunidad que le brinda una vida que, para muchos, comenzó en un contexto de convulsión y dificultades.
Pero aún quedaban nuevos momentos para el goce y la diversión. Al llegar al complejo formado por el parque y el polideportivo municipal, les esperaba una amplia amalgama de juegos populares. Y vibraron como lo harían los más pequeños. En sus caras se dibujaba, mientras recordaban aquellos tiempos en los que se recreaban en las calles de sus pueblos, la perenne sonrisa de un niño, su inocencia. Intactas se hallaban las destrezas de algunas mujeres para manejar un diábolo que los jóvenes de hoy, sumidos en el ámbito de lo tecnológico, no aciertan a emplear. Incluso, se atrevían a disputar partidos de tenis, bádminton, hockey, baloncesto, béisbol o fútbol, al mismo tiempo que afinaban su puntería con los bolos o el lanzamiento de aros y discos.
La convivencia era plena en esta iniciativa organizada por el Servicio Deportivo Agrupado de la Mancomunidad de la Cuenca Minera, el Ayuntamiento de La Granada de Riotinto y la Diputación Provincial de Huelva. Ya sólo faltaba recargar las energías, algo garantizado por con la suculenta caldereta que iban a degustar en compañía de un también exquisito picadillo y otros entrantes no menos jugosos como el queso o el chorizo. El reloj avanzaba y el retorno a casa era ineludible, pero todos lo emprendieron algo más felices.
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