Río Tinto Plásticos plantea el despido de la mitad de la plantilla

La empresa presentó ayer al comité un documento que prescinde de 35 de los 74 operarios · UGT y CCOO exigen un plan de modernización y viabilidad

CUENCA MINERA. Los temores de la plantilla de Río Tinto Plásticos (RTP) se convierten en una amenaza real e inminente. El grupo Coexpan-Laninver presentó el martes al comité de empresa un “plan de futuro” que pasa por el despido de 35 de los 74 trabajadores con los que cuenta en la actualidad su factoría de El Campillo. Una iniciativa a la que se oponen de manera frontal los sindicatos, que consideran el Expediente de Regulación de Empleo planteado por la compañía, lejos de responder a una presunta falta de rentabilidad, como una maniobra para aprovechar el especial contexto de crisis económica globalizada como excusa para abandonar la Cuenca Minera en busca de otros países donde la mano de obra pueda resultarle más barata.

En esta línea se pronunció el portavoz de la plantilla, Juan José Martínez Tejero (UGT), quien aseguró que “la multinacional no tiene motivos para desmantelar la fábrica, pues durante todos estos años se ha embolsado cuantiosos beneficios”. A juicio del ugetista, RTP se limita a desviar dividendos hacia otras plantas de producción para justificar sus supuestas pérdidas”. Un punto en el que lamenta que se olvide de los “más de cinco millones de euros que ha recibido de la Junta de Andalucía en concepto de subvenciones desde su nacimiento, al calor del proceso de reindustrialización iniciado a finales de los años 80 como consecuencia de la decadencia de la minería.

Este ERE sólo es un paso más de un proceso que arrancó hace unos meses con el despido de la veintena de operarios eventuales contratados por obras y servicios para quedarse sólo con los trabajadores indefinidos. La plantilla cree que la intención final de Coexpan-Laninver, que en sus instalaciones de El Campillo fabrica envases de plástico para empresas como Danone o Nestlé, no es otra que trasladar su producción a otras regiones españolas y a sus plantas de Europa y denuncia que “ni siquiera aceptan la ayuda ofrecida por la Junta de Andalucía y el apoyo de la Delegación Provincial de Empleo”. Los obreros darán una respuesta firme a la oferta de despido en el plazo de una semana y propondrán una alternativa que apuesta por la modernización y la viabilidad.