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Pablo Pineda

El Campillo presenta credenciales para retornar a Preferente

El Campillo presenta credenciales para retornar a Preferente

Paco Marmesá retoma el mando de un equipo que ha reforzado todas sus líneas con la firme intención de abandonar el pozo en el que cayó en 2005

EL CAMPILLO. El “ilusionante” proyecto del Campillo C.F., una entidad con sesenta años de historia, calienta motores. Bajo el mando de una nueva junta directiva, presidida por el joven Francisco Vera, el club minero presenta credenciales serias, en forma de incorporaciones, para retornar a la máxima categoría del fútbol provincial. Está en disposición de reclamar, una vez que eche a rodar la competición, la plaza perdida en 2005 en la Regional Preferente, la misma en la que se codeó, allá por los años 90 y principios del presente siglo XXI, con los más grandes del balompié onubense, en aquellas temporadas en las que, al no haber nacido aún la actual Primera Andaluza, el nivel era poco menos que inmejorable.

Ése anhelado salto de categoría es ahora el reto de un equipo que navega, sin terminar de tomar el rumbo, desde hace ya cinco interminables temporadas por el fatídico pozo de la Primera Provincial. Al menos, así se respira en el ambiente. La confianza es plena,  aunque su recién investido mandatario abogue por mantener una posición de cautela y haga un llamamiento a la humildad: “El objetivo que nos marcamos es disputar la eliminatoria de ascenso. Superar eso ya serían palabras mayores. Tenemos que huir de cualquier actitud triunfalista y caminar paso a paso. No podemos perder de vista las dificultades que entraña una liga tan equilibrada y dura”, aseveró Vera.

Los refuerzos constituyen el principal aval de los mineros para la presente campaña. Con el campillero Paco Marmesá, de nuevo, al frente del banquillo, la escuadra blanquiazul ha apuntalado (a excepción de la portería, que, de momento, sólo cuenta con un inquilino) todas sus líneas con jugadores de alto nivel y gran experiencia en Primera Andaluza, en la antigua Regional Preferente e, incluso, en Tercera División. Los veteranos delanteros Juan Antonio ‘Chinga’ (reconvertido ahora en centrocampista) y Víctor Vizcaíno vuelven a la que ya fue su casa tras su periplo por conjuntos de la talla del Ayamonte, el Bollullos, el Punta Umbría o la Olímpica Valverdeña, plantel, este último, al que también ha pertenecido el sobrio zaguero José Real.

Tres fichajes que llegan, junto al zurdo Francis (ex de los escalafones inferiores del Recreativo de Huelva y la Olímpica Valverdeña), el central Raúl ‘Pimo’, el polivalente Alberto Togo y el incombustible lateral izquierdo Liberto (todos riotinteños), para sumarse a la base local de los últimos años, representada por hombres como el meta Manuel David, los defensas Pinilla y Fernando, los medios Jero, Alberto, Samuel y ‘Coqui’ o los arietes Emilio y Javi Vespasiano. Y todo ello, sin dejar de apostar por la cantera, algo que se ve reflejado en la intención del técnico de abrir la puerta a la paulatina entrada de nuevos valores. Una filosofía encarnada en la presencia en el equipo de futbolistas como Jorge Ochoa, Gordillo o Portu.

Zalamea cobra por la cesión del Perea Anta

A la espera de que culmine la implantación del césped artificial en el Francisco Valero Rojas, algo inminente, el Campillo C.F. ha iniciado su preparación en el Perea Anta de Zalamea la Real, unas instalaciones por las que el Ayuntamiento de esta localidad minera obliga al conjunto blanquiazul a abonar el coste estipulado para el alquiler, al igual que si se tratara de cualquier otro usuario. Y ello, pese a que el Zalamea y su escuela de fútbol ya disfrutaron de forma gratuita del Municipal campillero en la temporada 2008-09, cuando su estadio se sometió a las mismas obras. Desde allí entienden que con la cesión del campo durante algo más de la mitad de la pasada campaña ya han devuelto el favor.

De nada han servido los intentos del club y la Corporación campillera para convencer al pueblo vecino, por lo que la directiva que preside Francisco Vera se ve obligada a desembolsar entre 21 y 33 euros por entrenamiento. Un coste adicional para las mermadas arcas de la entidad del que, en un principio, se iba a hacer cargo, como explica su concejal de Deportes, José Antonio Rodríguez del Águila, el Consistorio de El Campillo. Pero esta posibilidad fue desechada cuando Nerva ofreció, sin pedir contraprestación alguna, el albero de Las Marismillas y el uso esporádico del césped natural del Estadio Municipal Antonio Galindo. Los blanquiazules, sin embargo, han optado por seguir en el Perea Anta para familiarizarse más con la superficie en la que jugarán durante la temporada y evitar un desplazamiento más largo a los futbolistas.

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