El Campillo casi pierde el aula matinal y empieza el curso sin comedor escolar
El Ayuntamiento no acomete las obras para que los niños almuercen en el colegio y no busca el décimo alumno exigido para una iniciativa de conciliación de la vida laboral y familiar que, además, crea empleo · CEIP y AMPA salvan un proyecto que permitirá dejar a los menores en clase a partir de las 7.30 horas
EL CAMPILLO. El Campillo ha estado a punto de perder el aula matinal y comienza el curso 2011-2012 sin comedor escolar. Y ello, pese a que el Ayuntamiento no sólo contaba con el promesa firme de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía para la puesta en marcha de ambas iniciativas, vitales para la conciliación de la vida laboral y familiar de los vecinos del núcleo minero y nuevos yacimientos de empleo (cinco puestos de trabajo), sino que, además, su concesión estaba ya aprobada desde antes de que concluyera el anterior mandato. Así lo había expuesto ya el pasado mes de mayo, antes de las Elecciones Municipales, la entonces delegada provincial del ramo, Antonia Cascales. Algo refrendado en las últimas semanas por su sucesor en el cargo, el exalcalde de Zalamea la Real y expresidente de la Mancomunidad de la Cuenca Minera, Vicente Zarza.
Aula matinal
En este sentido, según ha confirmado Educación, El Campillo casi se queda sin el aula matinal por no cumplir la ratio mínima exigida por la Administración autonómica, fijada en 10 niños. Desde la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del CEIP La Rábida aseguran que contaban, en un primer instante, con la preinscripción de nueve pequeños, sólo uno menos, de modo que, como espeta la portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Susana Rivas Pineda, habría bastado con un ligero esfuerzo por parte del equipo de Gobierno popular-nacionalista para explicar a la población campillera la importancia del proyecto. Pero, “PP y PA ni siquiera se han molestado en buscar a ese décimo alumno”, quizás, porque, como se deduce de sus declaraciones en el Pleno, “para ellos sólo se trata de un programa de la Consejería de Educación que, si venía regalado, lo aceptaban, pero, si no, no les despertaba ningún interés especial”.
Al final, desde la óptica del Grupo Municipal Socialista, “gracias sólo a la perseverancia de la Dirección del Colegio y la AMPA”, El Campillo, no obstante, sí va a disponer de este servicio que abre la posibilidad de que los padres y madres, para compatibilizar sus funciones profesionales con el cuidado de sus hijos, puedan dejar a éstos en el colegio a partir de las 7:30 horas, antes de marcharse a su trabajo. Allí, dos técnicos o monitores infantiles contratados por la Junta de Andalucía se encargan de la atención de los menores hasta las 9:00 horas, momento en el que los niños se incorporan a sus aulas correspondientes. Los trabajadores se ahorran, por tanto, la preocupación de tener que encontrar a alguien que se encargue de llevar a sus pequeños a clase. Una cobertura social y educativa fundamental cuyo riesgo de pérdida “no ha quitado el sueño a quienes dirigen nuestro Consistorio, Partido Popular y Partido Andalucista”, apostilla la líder de la oposición.
Comedor escolar
Lo mismo cabe señalar sobre el comedor escolar. La misión del Ayuntamiento no era otra que acometer unas “sencillas” obras de adaptación de la sala del laboratorio para albergar este espacio (el proyecto ya estaba redactado y el coste no alcanzaba los 8.000 euros). La Junta de Andalucía se encargaba del resto, al calor de una subvención anual de alrededor de 20.000 euros. Sin embargo, el equipo de Gobierno compuesto por populares y nacionalistas no las ha comenzado aún, “cuando han tenido todo el periodo estival para hacerlo”. Un “ejercicio de desidia y dejación de funciones” que ha motivado, bajo las palabras de Susana Rivas Pineda, que el nuevo curso arranque en El Campillo sin esta infraestructura demandada por la AMPA para que los menores puedan comer nada más finalizar las clases, sin esperar a que sus progenitores acaben su jornada.
Este último servicio, no se puede obviar, amplía de una manera considerable el margen de maniobra de los padres y madres trabajadores, en la medida en que no sólo ofrece el almuerzo a sus hijos, gratuito o becado en el caso de hogares con escasos recursos, sino que, en paralelo, los mantienen durante un mayor periodo de tiempo en el centro. Algo que permite a sus tutores no abandonar su ocupación laboral hasta su hora natural, sin requerir la petición de favores, no siempre factibles, para salir antes ni buscar a nadie para que recoja por ellos a los niños. Éstos, además, se libran de la poco saludable costumbre, impuesta por las circunstancias, de sentarse a la mesa a horas intempestivas. Todo ello, sin olvidar la creación de tres empleos directos más en el sector de la hostelería.
“No son proyectos prescindibles, sino esenciales”
La máxima representante del Grupo Socialista lamenta el retraso en la puesta en funcionamiento de dos medidas ya comprometidas por el Gobierno andaluz, con una inversión pública presupuestada para ello, e incluidas, por consiguiente, en el programa electoral del PSOE de cara al 22-M, como son el aula matinal y el comedor escolar. Nada justifica, a su juicio, que los ciudadanos no se beneficien de ellos desde el inicio del curso. “No son proyectos prescindibles, sino esenciales para el desarrollo de nuestro pueblo y la conciliación de la vida laboral y familiar de los campilleros”, asevera Susana Rivas Pineda, pues “evitarían que haya padres y madres que tengan que verse obligados a renunciar a un trabajo por no tener a quien confiar a sus pequeños o, en su caso, desahogarían a los abuelos de esa responsabilidad”. Y ello, “al mismo tiempo que se genera empleo y riqueza”.
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