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Pablo Pineda

Éxtasis

Éxtasis

El Campillo ya es tercero tras vencer en el Francisco Valero Rojas al Valverde, rival directo en la pugna por el ascenso, con un tanto de José Mari

EL CAMPILLO. Éxtasis en el Francisco Valero Rojas. Las huestes de José María Coronado se alzaron el domingo con una justa y meritoria victoria en el duelo que les enfrentaba al Valverde, rival que le precedía en la tabla clasificatoria con un punto más, y ocupa ya la tercera posición para encarar la segunda vuelta de la liga con optimismo. El encuentro estuvo cargado de emoción, de principio a fin. Los equipos sabían lo que querían, aunque la balanza siempre estuvo del lado local. El Campillo fue superior a un rival directo en la pugna por el ascenso que no se entregó en ningún momento y al que su portero Fermín, muy inspirado, salvó de una derrota más abultada.

Los comienzos fueron titubeantes, con múltiples imprecisiones en ambos bandos, quizás, debido a la rapidez que presentaba el césped artificial del feudo salvocheano después de las aguas caídas a lo largo de toda la mañana. El Valverde se mostraba muy peleón y luchador, pero no podía despojarse del control de un cuadro blanquiazul mejor dispuesto en el rectángulo de juego y con una circulación de balón más fluida. No obstante, a pesar del dominio de los de casa, la primera media hora se caracterizó por la falta de profundidad de las dos escuadras. Se conformaban con armar jugadas de contragolpe que no inquietaban a ninguno de los marcos.

Esta tónica se rompió en el 33’, cuando se produce una falta en el vértice derecho del área penal valverdeño. Éstos no piden barrera. Justo, muy astuto, ejecuta la misma y el cuero acaba alojado en el portal de Fermín. Incomprensiblemente, el colegiado anula el tanto y el golpe franco tiene ejecutarse de nuevo. Esto dio lugar a una serie de saques de esquina, en uno de los cuales, botado desde la izquierda por José Mari, en el 35’, el balón se introdujo en las redes directamente con la ayuda del defensor Asuero, que remacha a la red una pelota que ya se disponía a cruzar la línea de meta. Gol muy festejado, porque suponía mandar en todas las facetas del partido, juego y marcador.

Un minuto después de la ventaja los campilleros hilvanaron una jugada que bien pudo significar el segundo: acción de Justo, el cuero llega hasta Vizcaíno y éste agarra un fuerte disparo a bocajarro en el punto penal que Fermín resuelve con una tremenda intervención. Buenos momentos ofensivos locales, aunque se ven cortados por una contra valverdeña que termina en córner. Entonces se observa que el visitante Falcón se encuentra caído, con ostensibles muestras de dolor, en el flanco izquierdo del área penal local (45’). La desgraciada incidencia terminó con el centrocampista en el Hospital comarcal de Minas de Riotinto. El envite estuvo parado 27 minutos.

El choque se reanudó con dos ocasiones del minero Salvi que a punto estuvieron de significar una ampliación del marcador. La primera, un cabezazo que Fermín tuvo que sacar de la misma escuadra; y la segunda, cuando el centrocampista recibe un centro desde la derecha y, con todo a su favor, decide dejar la bola a Vizcaíno, que no llega. Se malograba así una magnífica ocasión para el 2-0 y la consecuente tranquilidad de cara a los 45 minutos de batalla que restaban.

La segunda mitad se presentó muy dinámica, con un Valverde que arriesgó más para conseguir la igualada. Sin embargo, los primeros en presentar credenciales para afianzar el resultado fueron, otra vez, los campilleros, por medio de Salvi (47’), que agarró un tremendo zapatazo que repelió el cancerbero visitante. El balón llega a Justo, que vuelve a centrar al área y, de nuevo, Salvi cabecea. El esférico se marchó fuera por poco. La réplica valverdeña se produce en el 53’, en una perfecta contra que, de un modo incomprensible, Esteban envía fuera cuando se había quedado solo ante Manuel David.

Eran momentos de toma y daca donde unos intentaban consagrar su superioridad y otros no arrojaban la toalla ante un resultado adverso. Éste era el marchamo de la contienda, hasta que los visitantes decidieron ir a tumba abierta, cosa que aprovecharon los locales para intentar matar el partido con rápidas contras, y que les facilitó las dos oportunidades más claras para lograrlo en los minutos 66’ y 83’. La primera, resuelta con una felina estirada de Fermín a tiro de Vizcaíno; y la siguiente, en una maniobra de Justo, que centró sobre el punto penal con el portero batido y vio cómo el cuero se paseaba por el marco sin hallar rematador. En los minutos finales el Valverde apretó de lo lindo, pero sin alterar en exceso al arquero Manuel David. El 1-0 fue suficiente.

F. Javier Sánchez / Huelva Información

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