Los yugos rotos de Salvochea: 82 años de libertad
Hoy se cumplen 82 años desde que los campilleros empezamos a trazar nuestra historia; 82 años de aquel 22 de agosto de 1931 que certificó el nacimiento de un nuevo municipio, de Salvochea; 82 años de la rotura de ese yugo, de esas cadenas que nos imponían, desde la putrefacción del caciquismo, esas gentes de la hierba mala contra las que se rebelaban los versos de Miguel Hernández; 82 años de esa libertad que nos trajeron los vientos revolucionarios de aquella anhelada República proclamada por el pueblo, por su soberanía, sólo unos meses antes, el 14 de abril; 82 años del inicio de un camino por el que fuimos condenados a ser borrados del mapa por la sinrazón fascista; 82 años de lucha obrera, de fuerza, de perseverancia, de sufrimiento y de muerte, por roja, por minera, por libre.
Hoy, cuando creíamos consolidada esa autonomía ganada, conquistada, aquel épico 22 de agosto de 1931, vuelve a planear sobre nosotros, campilleros, salvocheanos, la amenaza de una gaviota, la más carroñera, como lo era aquel caciquismo de antaño. Vuelven esas gentes de la hierba mala que nunca se marcharon, que siempre han estado ahí, a la sombra, al acecho, para arrebatarnos esa pluma que tomamos, porque quieren escribir nuestro futuro, con sus manos, para levantar sus privilegios a costa de las nuestras, someternos a las letras que ellos desean, las del poder perpetuo, las de la desigualdad, las de esa perversa Contrarreforma de la Administración Local. La senda, la que dibuja Rafael Alberti con el pincel de su poesía: “a galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar”.
1 comentario
Jagger -