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Pablo Pineda

Cuando se vislumbra un nuevo ídolo

Cuando se vislumbra un nuevo ídolo

Fermín López, de El Campillo, con trece años, emprende su vuelo hacia el infantil del Barça tras demostrar los quilates de su fútbol en el Recre y el Betis

EL CAMPILLO. Cuando se vislumbra un nuevo ídolo, no en su pueblo, donde ya lo era, sino fuera de él. Fermín López Marín, natural de El Campillo, emprenderá este verano, en agosto, la aventura del vuelo hacia el equipo infantil A del FC Barcelona. Cumple su sueño, el de aterrizar en las mismas instalaciones en las que se han forjado sus estrellas, sus referentes, Andrés Iniesta y Leo Messi, tal vez para convertirse en una figura como ellos. Quilates le sobran, como lo ha demostrado con creces en los escalafones inferiores del Recreativo de Huelva, a dónde llegó desde la Escuela Municipal de Fútbol Base salvocheana, y del Real Betis Balompié.

La carta de presentación no puede ser más alentadora, tanto que no es nuevo el interés de Can Barça para incorporar a la joven perla minera a La Masía. Su juego, capaz de embelesar a todo aquel que lo ve en el campo, aúna gol, regate, desborde, pase, desparpajo, descaro, visión, calidad y, sobre todo, humildad, alegría y solidaridad. Magia en estado puro y humanidad, la que se desprende de la inocencia de su sonrisa permanente, de su empeño en que todos, los que están a su lado, disfruten con el balón tanto como lo hace él. Y lo consigue, porque no para hasta que así sea.

Su padre, Fermín López, no oculta la satisfacción por la noticia, aunque la toma con una mezcla de entusiasmo y precaución. “Está muy contento porque, además, siempre le ha tirado el Barcelona por su tío”, en alusión a Juan Antonio Marín, ‘Miri’, exjugador del Campillo C.F, el Riotinto Balompié o la Olímpica Valverdeña. Su progenitor, funcionario de profesión y con otro hijo apasionado del balompié -Juan Antonio de 11 años es un buen portero-, rememora los tiempos en que su primogénito comenzaba a dar patadas a una pelota. “Con cuatro años lo llevaba al campo de fútbol de aquí, que era de albero, y ya se veía que corría como una bala con el balón en los pies. A los ocho años lo fichó el Recre y, a la temporada siguiente, el Betis. Y ahora, el Barça”.

El fichaje ha sido avalado por el máximo responsable del área de captación del departamento de cantera del FC Barcelona, Pep Boada, encandilado por su versatilidad, su rapidez y su capacidad goleadora. Ante este giro en su vida, “estamos muy ilusionados, pero también sabemos que es un mundo muy complicado. He visto futbolistas que destacaban a esas edades y que cuando llegaban a cadete o juvenil, veían cómo los demás les igualaban o les superaban“, reflexiona. “Cada padre piensa que su niño es el mejor, pero hay que tener los pies en el suelo. En estos años que llevo en el fútbol base he visto más lágrimas que alegrías y cómo se rompen los sueños de los padres y los niños, porque es muy difícil llegar”, agrega.

Junto a esa aconsejable posición de prudencia, su familia también pone en liza otros factores, como el hecho de que no es fácil desprenderse de un hijo por mucho que su futuro esté en juego. “Cuesta trabajo tomar esa decisión, hubiéramos preferido que saliera de casa más tarde, pero el Barça llevaba varios años detrás del chico y ahora ha venido con mucha fuerza a por él. Y a nivel de formación académica y futbolística, La Masía ofrece lo mejor de lo mejor. Ahora hace falta tener suerte”, indica. Lo que sí está claro es que El Campillo, su pueblo entero, en el que conviven dos peñas, una barcelonista y otra madridista, es desde ahora un poco más del Barça. Porque, sin duda, los éxitos que coseche el pequeño Fermín López Marín, serán celebrados por todos.

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