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Pablo Pineda

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Duro varapalo

Duro varapalo

El Campillo C.F. pierde a Dani Rachón en La Zarza por una rotura de menisco y de los ligamentos interior y cruzado · Tras dos derrotas consecutivas, el club quiere regalarle la mejor clasificación posible al libre, que, quizás, no vuelva a jugar

EL CAMPILLO. Malas noticias. Muy malas. La amargura vuelve al Campillo C.F. Agudizada. Porque al mal sabor de las recientes derrotas ante el colista, el Higuera, sobre el césped artificial del Francisco Valero Rojas, por 1-2, y en su visita al Zarza, por 3-1, dos derrotas que disipaban la dulce miel dejada en sus labios por los dos triunfos consecutivos precedentes a domicilio ante Calañas (0-2) y Aroche (2-3), se une ahora el drama de una pérdida clave, fundamental, irreparable. El libre Dani Rachón se rompía en el último envite. Una grave lesión le apartará de los terrenos de juego durante un largo periodo de tiempo, sine die, hasta puede que, por razones laborales, para siempre, de manera definitiva.

El joven plantel, el proyecto de cantera, que dirige Francisco Javier Sánchez Rubio desde el banquillo, se ve despojado, por tanto, de la solvencia defensiva y la clase a la hora de sacar el balón desde atrás de un ariete local que esta campaña reaparecía en el Valero Rojas reconvertido en zaguero. Cumplía con creces. Tanto es así que su ausencia en algunas jornadas a causa de unas molestias coincidió con la mala racha de resultados que persiguió a los salvocheanos tras el varapalo del 1-1 en la Cuna del Fútbol ante el Riotinto Balompié, donde una victoria los habría aupado al liderato. Ahora se despide de la manera más dolorosa, con uno de los diagnósticos más temidos por los futbolistas: rotura de menisco y de los ligamentos interior y cruzado.

Sólo queda, y así lo ha hecho expreso la junta directiva del club que preside Juan Carlos Diéguez, apoyar al jugador y dedicarle el mejor regalo, un triunfo en el derbi minero del domingo, en casa, ante el Riotinto. Eso y la mejor clasificación posible en Primera Provincial en el año de la construcción de una escuadra cien por cien minera sustentada en los pilares de una Escuela Municipal de Fútbol Base que, cada día más, es referente en toda la geografía onubense. Unos cimientos que otorgan futuro, mucho, como se desprende, de hecho, de la oportunidad de hacer historia que tienen ante sí los juveniles, que, con un empate el próximo sábado (12:00 horas) en Nerva se erigirían en campeones de Liga. Los primeros en hacerlo en El Campillo.

Pablo Vázquez se cuelga en Mijas su cuarta medalla en los Campeonatos de Andalucía

Pablo Vázquez se cuelga en Mijas su cuarta medalla en los Campeonatos de Andalucía

El joven atleta campillero, gracias a este nuevo éxito, se gana el billete para defender a la comunidad autónoma en el Campeonato de España por Federaciones que se celebra este domingo en Móstoles

EL CAMPILLO. Un nuevo metal (y es el cuarto a nivel regional). El cadete Pablo Vázquez Serrano se colgó el bronce en el Campeonato de Andalucía de Cross disputado en el Hipódromo Costa del Sol de Mijas (Málaga) entre los pasados 8 y 9 de febrero. Una cita en la que el joven atleta campillero adscrito a El Lince-Bonares volvió a poner de relieve su impecable trayectoria ascendente. Cruzó la meta en tercera posición, tan sólo superado por el independiente Francisco Pérez Olivares y por Carlos Artacho Leyva (Ciudad de Motril) y por delante de un competitivo elenco compuesto por otros 107 corredores de toda la geografía de la comunidad autónoma. Su marca, para una distancia de 5.500 metros, 17:52, a 23 segundos del oro y diez de la plata.

El éxito es doble, en la medida en que este nuevo podio en el circuito regional (que se suma al bronce en los 3.000 metros en Pista al Aire Libre cadete en 2013 y a la plata y el bronce cosechados en los 1.000 metros en Pista al Aire Libre y en Pista Cubierta en categoría infantil en 2012), le catapulta de un modo directo hacia la disputa del Campeonato de España de Campo a Través por Federaciones Autonómicas. La promesa salvocheana formará parte así del plantel de seis atletas que defenderán los colores de Andalucía el próximo domingo 23 de febrero en Móstoles. Sólo los cuatro primeros clasificados de Mijas tenían garantizado ese pasaporte (otros dos seleccionados por decisión técnica).

La proyección de la perla minera, por tanto, no para. Esta temporada acumula ya, de hecho, al margen de este nuevo bronce, otros logros como la consecución de la mínima para los Campeonatos de España de Pista Cubierta y de Pista al Aire Libre al firmar un tiempo de 2:45:79 en los 1.000 metros en el I Control de Invierno de Sevilla celebrado en La Cartuja. Luego hizo lo propio en el Estadio Iberoamericano de Huelva para asegurar su presencia en las distintas pruebas de los 3.000 metros de los Campeonatos de Andalucía, disciplina en la que encabeza el ranking de la comunidad. De igual modo, en el mes de enero acabó quinto en el Cross Internacional de Itálica (Santiponce, Sevilla), donde no dejó de coquetear con las medallas hasta los metros finales.

El Campillo se reencuentra con la victoria

Doblega al Calañas por 0-2 para redimirse de una racha de ocho choques sin ganar, con el doloroso revés del 3-3 ante el Tharsis B en un duelo que dominaba por 3-0 incluido

CALAÑAS. El Campillo se reencuentra con la victoria. Ocho jornadas han hecho falta para que los hombres de Francisco Javier Sánchez Rubio vuelvan a degustar el sabor del triunfo. Las mismas que han pasado desde aquel empate en la Cuna del Fútbol ante el Riotinto Balompié, de aquella matinal del 10 de noviembre de 2013 en la que un gol en el último suspiro del cuadro rojiblanco, en una posición más que dudosa, separó a los salvocheanos del liderato. Ahí parece estar el origen de los males de un equipo que sigue en construcción, pero que lo ha hecho, desde noviembre, con el regusto amargo de la otra cara de la moneda, de la del sufrimiento.

Desde entonces los blanquiazules se hallaban inmersos en una espiral de malos resultados que parecía no tener fin y que alcanzó su cenit en la cita de hace una semana en el Valero Rojas, cuando los de casa veían, incrédulos, como se les escapaba un partido que dominaban por 3-0 (Lilu Gordillo, Domingo Portu y Rubén Coqui) a falta de escasos minutos. El Tharsis B, sin que nadie se lo explicara, aprovechaba una pájara local y pescaba un punto con el que ya ni soñaban. La pesadilla ha acabado este domingo con el asalto a la fortaleza del Calañas. Emilio y Rubén Coqui, de penalti, sellaban un 0-2 que insufla a los campilleros aire de redención.

La odisea, tras ese empate en Minas de Riotinto, ha sido larga, pedregosa, escarpada, de constante búsqueda de una luz que se vislumbraba sin que se terminara de palpar. Cinco duelos perdidos de manera consecutiva prosiguieron a aquel punto de inflexión en la trayectoria ascendente que mantenía el proyecto de cantera que encabeza Francisco Javier Sánchez Rubio. El Valverde se imponía por 0-2 en el Valero Rojas y el Cruceño endosaba el mismo marcados a los salvocheanos en tierras andevaleñas. Seguían dos tropiezos en casa frente al Beas y el Repilado, ambos por 1-2. Y el quinto malo, la caída por 1-0 en Nerva en un nuevo derbi minero. Ahí acabó todo.

El siguiente envite se saldó ya con el premio menor de un empate a dos ante el Aracena, una contienda en la que los blanquiazules mandaron en el casillero hasta en dos ocasiones. No pudo ser, aunque algo cambiaba ya. Luego llegó el Tharsis B, en la inauguración de la segunda vuelta. Un 3-0 invitaba a la fantasía de una goleada como la ya vivida ante el Zarza (6-0), hasta que tres certeros varapalos casi simultáneos quitaron la miel de los labios de la grada campillera y firmaban un 3-3 que nadie presagiaba. Un duro golpe. Ahora bien, al menos, se alejaba definitivamente el fantasma de la derrota, ahuyentado ahora con el 0-2 cosechado en el campo del Atlético Calañas.

Las huestes salvocheanas están ahora lejos de los puestos de cabeza que acariciaron en un arranque prometedor. Nadan entre esa tierra de nadie de la mitad baja de una tabla en la que la quema es menor ante la imposibilidad de descender. Son décimos en una liga de trece, con 14 puntos y un balance de tres victorias, cinco empates y seis derrotas, con un saldo de 22 goles a favor y 20 en contra. No era, en cambio, otra la pretensión. La idea se mantiene, crear una escuadra desde los cimientos, con los sólidos mimbres de una Escuela de Fútbol Base, con futuro. Y la hay, ahora más fuerte: ya conoce la dureza del camino, está más curtido. Ha tocado el fondo y ha sabido sobreponerse, salir a flote.

Apartado del liderato

Un penalti claro que el colegiado sacó del área y un gol del Riotinto en un más que probable fuera de juego cuando el partido agonizaba evitan que el joven Campillo C.F. encabece la tabla del Grupo II de Primera Provincial

EL CAMPILLO. Apartado del liderato. De esta manera se sintió el joven Campillo C.F. tras su paso por el estadio de la Cuna del Fútbol el pasado domingo. Un claro penalti sobre Christian que el árbitro sacó del área en la primera parte (cuando aún campaba el 0-0 en el casillero) y un gol en un más que probable fuera de juego del Riotinto Balompié cuando el choque ya agonizaba evitaron la gesta que alumbraba ese épico 0-1 anotado por el recién incorporado Abelardo, tres puntos que hubieran catapultado a los hombres que, casi desde su infancia, adiestra Francisco Javier Sánchez Rubio (beneficiados por otros resultados de la jornada como la derrota del Tharsis B por 4-2 con el Valverde) a lo más alto de la tabla del Grupo II de Primera Provincial. No pudo ser. Los blanquiazules empataron con el eterno rival en el derbi minero y son terceros, a sólo un punto de los nuevos inquilinos de la cabeza de la clasificación, Nerva (que venció al Beas por 1-2) y Chanza (a los que los salvocheanos endosaron un contundente 6-0 en el Valero Rojas), ambos con 10 puntos.

El Campillo C.F., no obstante, crece, se hace fuerte, mayor. En un feudo hostil como el del Riotinto Balompié, volvió a hacer alarde de su espontaneidad, de su descaro y de esa falta de presión propia de todos proyecto de cantera, que empieza a rodas desde cero, así como de su entrega, de su sacrificio constante, de la tenacidad de una plantilla corta, pero incansable, que cree en sí misma. Los blanquiazules se vaciaron sobre el césped de la Cuna del Fútbol. Lo dieron todo. Y se llevaron el premio de un punto, siempre positivo cuando se juega a domicilio, aunque merecieron más, porque la victoria se les escapó en el último suspiro, porque era suya y se la arrebataron de manera injusta. Porque el tanto de Jesús Real jamás debió subir al marcador. Tomaron el camino de los vestuarios con la impotencia de quien siente que se le ha quitado lo que es suyo, de ese triunfo que ya palpaban, pero también con la conciencia tranquila de quien sabe que lo ha dado todo en el campo.

La igualdad fue máxima en todo momento. La tensión, también, en un duelo que no brillaba por el exceso de ocasiones. Sí por el ímpetu de unos y otros. Saltaban chispas en cada acción. Ambas escuadras querían el botín de esa victoria que, a la vez, suponía la derrota del enemigo. Emilio tomaba las riendas del Campillo C.F. y lo llevaba en volandas hacia arriba con sus desbordes. Atrás, los blanquiazules, muy serios, resistían con solvencia las tentativas rojiblancas. Esta era la tónica, con un equilibrio que pudo romperse cuando Emilio avanzaba hacia un balón largo, para cazarlo y encarar al portero riotinteño en un mano a mano. Un zaguero corría tras él y lo tocó lo justo en su carrera para derribarlo. Era el último hombre. Los visitantes esperaban la falta y la tarjeta roja. El trencilla no consideró que hubiera nada punible en la acción. Después Christian caía en el área y el colegiado sí vio la infracción, pero la desplazó más allá de la línea. De penalti a una mera falta lateral.

La apoteosis llegaría mediada la segunda mitad, cuando, tras un centro de Jorge a balón parado, Abelardo bajaba el cuero, lo controlaba y lo cruzaba ante el cancerbero para establecer el 0-1. La grada, repleta de campilleros, gritaba entusiasmada. Los suyos ganaban. El Riotinto Balompié no daba crédito. Su afición se impacientaba. Los pupilos de Rocha se lanzaban en busca de la igualada, aunque sólo creaban peligro a balón parado. Los salvocheanos se defendían con uñas y dientes. Podían apuntillar a su rival en cualquier acción. Todo podía ocurrir. Pasaban los minutos. Nada sucedía. Hasta que llegaron los compases finales. Ya no había claridad de ideas. Las fuerzas eran ya las justas en uno y otro bando. Sólo una jugada aislada, rocambolesca, podía cambiar el sino del envite. Y así fue: un disparo lejano tras un rechace de la defensa blanquiazul, que salía de su área, acababa con el esférico en las botas de Jesús Real, literalmente solo ante Manuel David. Se queda quieto. El asistente, también. Y marca el 1-1. Las tablas serían definitivas.

Set, partido y hacia arriba

El Campillo se eleva hasta la segunda posición tras pasar por encima del Zarza con un 6-0 en un choque que tuvo un nombre propio: Lilu Gordillo · El extremo firmó un ‘hat-trick’ y suma seis goles en cinco jornadas de Liga

EL CAMPILLO. Set, partido, tres puntos, segunda victoria consecutiva (primera en casa) y cuarta jornada invicto. El Campillo C.F. endosaba el pasado domingo en el Francisco Valero Rojas un duro correctivo al Zarza, un contundente e incontestable 6-0 que tuvo como figura estelar, como azote del enemigo, a Lilu Gordillo. El extremo diestro  salvocheano firmó un hat-trick (y suma seis goles en los cinco encuentros disputados de Liga) que, con la complicidad de los tantos de Christian, Vicente y Jorge Ochoa, catapulta al combinado de Francisco Javier Sánchez Rubio, con ocho puntos, hasta la segunda posición del Grupo II de Primera Provincial, a sólo un punto del líder, el Tharsis B (nueve), aunque con un duelo más que el Beas (ocho), el Riotinto Balompié (siete) o el Atlético Cruceño (seis) después de la retirada de la competición del Chanza (sin esa reestructuración -de la que los de la Cuna del Fútbol, que cayeron en Cortegana, han salido como los grandes beneficiados-, los blanquiazules serían cuartos a tres puntos de la cabeza y a uno de una segunda plaza que compartirían cruceños y tharsileños).

El proyecto campillero, el más local de los últimos tiempos, cien por cien canterano, mira hacia arriba. Hay mimbres, los que emanan de una Escuela Municipal de Fútbol Base que, con conjuntos en todas las categorías, desde prebenjamines hasta juveniles, se erige en referente en la provincia y empieza a dar resultados en el cuadro amateur. El objetivo, en esta temporada en la que el club ha renunciado a su plaza en Regional Preferente para comenzar de cero, es hacer equipo, consolidar esos cimientos para, ya en el futuro, pensar en el ascenso de categoría. De momento, cumple. Tras una derrota en el feudo de quienes ahora comandan la clasificación y dos empates con el sabor agridulce del que se va a los vestuarios con el convencimiento de haber merecido más, los pupilos de Francisco Javier Sánchez Rubio han encadenado dos triunfos consecutivos. Y lo han hecho con solvencia, con nueve tantos a favor por sólo uno en contra. Ahora, este domingo, a las 12:30, espera el Riotinto Balompié, en la Cuna del Fútbol.

El choque con el Zarza fue apoteósico. La superioridad, aplastante. Los blanquiazules abrían pronto la brecha. Christian exhibe su oportunismo y peina lo justo en el saque de una falta para sorprender al guardameta visitante. Era el 1-0 y el tercer tanto del joven ariete minero en la presente Liga. No obstante, las espadas estaban aún en todo lo alto. El marcador era corto y las huestes salvocheanas querían más. Tenían sed. Las gradas también. Y apareció Lilu Gordillo para saciarla. De un potente zurriagazo con su pierna buena, la derecha, arrancó de cuajo las telarañas de la escuadra. Un auténtico golazo. Un 2-0 para elevarse hacia la cúspide, hacia el cielo, hacia el olimpo a cuya puerta llamaba el extremo campillero con su tanto. Él quería más. El cuadro minero, también. Y llegó el tercero, otra vez con él como protagonista. Y el cuarto, de nuevo suyo. Para luego ser sustituido con una fuerte ovación e instancias a la directiva del club para que le entregara el balón. Era la fiesta del fútbol, a la que se apuntaron luego Vicente y Jorge Ochoa para redondear la faena, cerrar el set, allanar el camino y alimentar la ilusión.

El Campillo C.F. firma la primera victoria oficial de la era F. Javier Sánchez

Los blanquiazules, que merecieron más en las tres primeras jornadas ligueras, doblegan 1-3 al Higuera y se colocan séptimos a tres puntos del liderato

EL CAMPILLO. El Campillo C.F. ya sabe lo que es conocer la victoria en partido oficial. La era Francisco Javier Sánchez Rubio, un hombre de la casa con un proyecto cien por cien canterano, ya sabe lo que es saborear ese triunfo que se resistía desde el arranque de la competición en la Primera Provincial. Los blanquiazules, que habían merecido más ante el Tharsis B, el Calañas y el Aroche, duelos solventados con una derrota y dos empates, doblegaron el pasado domingo al Higuera, a domicilio, por un claro 1-3. Los artífices, Lilu Gordillo, con dos tantos, y Jorge Ochoa, con una diana.

Los tres puntos se alojaban en el zurrón minero como un bálsamo de esperanza y se erigían en la disipación definitiva de las dudas que pudiera suscitar la apuesta por un plantel tan joven, plagado de jugadores recién salidos de su etapa juvenil o, incluso, aún inmersos en ella. Las huestes salvocheanas, tras cuatro jornadas, son séptimos, con cinco puntos, a tan sólo tres de las escuadras que colideran la tabla, Beas y Atlético Cruceño, de un apretado Grupo II de Primera Provincial. El equilibrio es máximo. Las opciones para el Campillo C.F., todas, desde soñar con los puestos altos de la clasificación hasta limitarse a luchar por el que es el objetivo de la temporada, echar a rodar para formar un equipo de futuro. El fondo del pozo no parece su lugar.

De momento, los hombres de Francisco Javier Sánchez Rubio han roto el hielo y han comprobado, en los cuatro encuentros disputados, que, como mínimo, puede mirar de igual a igual a cualquier rival. Así lo hicieron en el debut ante el Tharsis B, en el siempre complejo feudo de cuadro rojiblanco y minero. La contienda se saldó con un 1-0 contrario a los intereses salvocheanos, pero bien pudo ser distinto el resultado. Con el Calañas, ya en el Valero Rojas, ídem. El Campillo C.F. se adelantaba con un tanto de Lilu Gordillo desde el punto de penalti y tuvo ocasiones para ampliar la brecha, pero, al final, se produjo el empate (1-1).

Una semana después, con el Aroche, también en casa, se repitió, si no el mismo, sí un guión parecido. Christian daba la vuelta al gol inicial de los serranos con dos remates de cabeza, pero luego, llegaba, en forma de jarro de agua fría un 2-2 que ya no se movería del marcador. La briega, el toque de una orquesta que dirige desde la medular Manu Montero y las ocasiones constituyeron la tónica dominante. La proeza estuvo cerca. Christian y Emilio tuvieron en sus botas ese tanto hacia el que empujaban las gradas del Valero Rojas. El crono jugaba en contra. La gloria se alcanzaba en Higuera.

El PP hizo peligrar la entrada en competición del Campillo C.F.

La popular Manuela Caro desautorizó al alcalde, el andalucista Francisco Javier Cuaresma, y paralizó el pago de 2.100 euros al club · Cumplía el plazo para abonar las fichas y mutualidades de los jugadores

EL CAMPILLO. El PP de El Campillo, personificado en su primera teniente de alcalde, Manuela Caro,  hizo peligrar entre el jueves y el viernes de la pasada semana la entrada del Campillo C.F. en la competición liguera que arrancaba ese mismo domingo, en la Primera Provincial de Huelva. Es, como lo ha definido el grupo municipal socialista, “el último episodio de lo que sólo se puede catalogar como un Gobierno contra el pueblo”. En este caso, “sin que valgan las excusas, por culpa directa de los populares, no por omisión como en el caso de las entradas al concierto de Manuel Carrasco”.

La fuerza conservadora que sustenta el poder “maniatado” del PA paralizó el ingreso de 2.100 euros, correspondiente a la primera mitad de la subvención anual de 2014 al club (que asciende a 4.200 euros), que debió haberse hecho efectivo el jueves 3 de octubre tras la firma del convenio para la temporada 2013-2014. El alcalde, el andalucista Francisco Javier Cuaresma, que se había comprometido a ello en la última asamblea del club, ya había dado la orden para la transferencia. El PP frenó la operación, al parecer, hasta enero en lo que se erige en un “claro secuestro de la autoridad del regidor sin precedentes”, espeta el PSOE.

Más allá del debate sobre quién dirige en la práctica el Ayuntamiento, la gravedad del asunto reside en que ese viernes se agotaba el plazo para que el Campillo C.F. abonara a la Federación Onubense de Fútbol el coste de las fichas y la mutualidad de la totalidad del plantel blanquiazul. Sin ese dinero no era posible para el club hacer frente a ese desembolso. El PA, finalmente, al verse contra las cuerdas, entre la espada y la pared, se vio obligado a prestar el dinero al equipo (con la condición sine qua non de que se devuelva en enero) y evitó que el pasado domingo no pudiera empezar la Liga el conjunto salvocheano (derrota por 1-0 en el feudo del Tharsis).

Desde la Casa del Pueblo se ha trasladado, en este sentido, el “más sincero agradecimiento” al Partido Andalucista, al que, ante esta situación, también invita a plantearse “de un modo serio” hasta qué punto, “por su propio bien y, sobre todo, por el del pueblo”, no debe permitir más “el abrazo del oso al que lo somete el PP, con decisiones que demuestran, por enésima vez, quién lleva realmente las riendas de nuestro Ayuntamiento, el Partido Popular”.

El PSOE ya donó un desfibrilador

Los hechos “no son nuevos ni nos sorprenden”, afirman desde las filas socialistas. No en vano, según recuerdan, ya fue el PSOE el que, con fondos propios, adquirió y donó un desfibrilador a la Escuela Municipal de Fútbol Base “porque la coalición PP-PA se negó” a aportar esa herramienta vital para los pequeños de nuestro pueblo con cargo a las arcas del Ayuntamiento. Como denuncian desde la formación del puño y la rosa, también pudieron ambos partidos participar en la compra con fondos propios. Pese a todo, “no nos cansaremos de decirlo, porque ondea en el escudo de nuestro municipio, Unidos Laboramos. No perdemos la esperanza”, sentencian.

El Campillo C.F. más local rueda

El Campillo C.F. más local rueda

El proyecto del técnico de la casa Francisco Javier Sánchez Rubio, plagado de cantera, arranca con un claro triunfo por 3-1 sobre el Calañas en el Trofeo de la Villa · Lilu, Fernando y Portu, los goleadores

EL CAMPILLO. El nuevo Campillo C.F. del entrenador de la casa Francisco Javier Sánchez Rubio, que afronta el reto del presente, ya sea en Regional Preferente, en la máxima categoría del fútbol onubense, o en Primera Provincial, que se impregna de futuro con los sólidos cimientos de un proyecto cien por cien salvocheano, echó a rodar el pasado sábado en el Francisco Valero Rojas con un claro triunfo por 3-1 ante el Calañas. Era el Trofeo del Día de la Villa, la presentación, y no desentonó. Los blanquiazules, plagados de juventud, con un equipo integrado casi en su totalidad por canteranos, con numerosos juveniles en sus filas, fueron superiores a su rival en todo momento. Lilu Gordillo (de penalti), el capitán Fernando Pineda y José Antonio Portu pusieron los goles que daban la vuelta a un tempranero tanto visitante en una cita en la que Manu Montero se erigió, desde la medular, en el director de una orquesta que dejó destellos de clase, de dulce sinfonía.

El juego era música, como también lo era una grada encantada por la presencia de un once (o dos, por la amplia cantidad de efectivos que tomaron parte en la partida) forjado en la tierra, formado en los escalafones de la nutrida Escuela Municipal de Fútbol Base de El Campillo. Las sensaciones eran positivas en la inauguración de la pretemporada, en el inicio de una campaña que se presupone difícil. La ilusión, el engranaje perfecto de un grupo que se conoce al milímetro, que combate junto desde la infancia, en el que cada uno de sus miembros es la prolongación del resto, las ganas de cambiar las cosas, de aprovechar esa oportunidad merecida (por calidad), que otrora era esquiva ante el aterrizaje de huestes forasteras, la garra de sentir los colores porque son los propios... son bazas innegables que pueden contrarrestar esa presunta desventaja de la inexperiencia.

Hubo toque y presión. Los pupilos de Francisco Javier Sánchez Rubio se desfondaron, se vaciaron sobre el césped artificial ante su público. Lo dieron todo. Y ganaron, para tornar el horizonte negro en gris, para empezar a aclararlo y dibujarlo de optimismo. Pese a que arrancaron cuesta arriba, como la larga pretemporada de incertidumbre que se vive desde que acabara la anterior, con un gol del Calañas en un lanzamiento de falta que sorprendió al meta Rupa, el primero de la terna de cancerberos que pisó el campo (le siguieron Germán y Manuel David). Tras el borrón, la literatura. Manu Montero y Jorge mandaban en el centro del campo; Lilu Gordillo desbordaba por su banda; el juvenil Patilla hacía lo propio por la suya; la zaga, con Fernando Pineda y Rachón en el eje y Asián y José Luis en los laterales, no pasaba apuros; Portu volvía loca a la defensa calañesa y Domingo recibía balones claros para abrir la cuenta local, lo acariciaba.

El empate no tardó, desde el punto de penalti, firmado por Lilu, el mismo que se cocinó la pena máxima con una internada en el área. Antes lo había rozado Jorge, con un centro envenenado que se estrelló en la cruceta. Los salvocheanos no soltaban el pie. Buscaban la victoria, la anhelaban, creían en ella. Tenían el esférico y, cuando lo perdían, lo recuperaban de inmediato. Pudieron caer más tantos, pero el marcador no se movería hasta pasado el descanso. El banquillo se movía y el listón seguía a la misma altura. El 2-1 llegaría en un córner, merced a un cabezazo inapelable del único veterano, del central, también de la casa, Fernando Pineda. El triunfo estaba encarrilado. Sólo faltaba la guinda, la confirmación, que se produciría con un fuerte derechazo de Portu desde fuera del área. El 3-1 era el latigazo definitivo. El Campillo C.F. levantaba la Copa y, lo más importante, se bañaba de esperanza, porque gustó y se gustó.