La deuda municipal cuestiona el papel de la Mancomunidad
Los consistorios deben al ente comarcal 1,5 millones, de los cuales Nerva aglutina el 42,24%, en un marco que dificulta la diversificación de la zona
CUENCA MINERA. El papel de la Mancomunidad de la Cuenca Minera, considerada un instrumento esencial para el desarrollo de una comarca deprimida como consecuencia del cierre de la línea del cobre, se halla en entredicho debido a la deuda contraída con la misma por parte de los siete ayuntamientos que la configuran de forma plena. Una circunstancia que reabre el debate sobre la tendencia localista que reina la realidad de cada uno de los núcleos mineros para obstaculizar un proceso de diversificación socioeconómica ya mermado por la escasez de suelo público industrial. En total, al inicio del mes de octubre, las arcas municipales debían al ente supramunicipal 1.501.654,87 euros, lo cual se tradujo en serias dificultades para afrontar el pago de las nóminas de los trabajadores. No obstante, estos perentorios problemas se subsanaron, como explica el presidente del órgano comarcal y alcalde de Zalamea la Real, el socialista Vicente Zarza, gracias al compromiso de los núcleos mineros de ejecutar el pago inmediato de, al menos, el 5 por ciento de sus respectivas deudas.
Nerva emerge, en este sentido, como el principal deudor. Son 634.366,41 euros los que había dejado de abonar su Ayuntamiento a la Mancomunidad, una cifra que equivale a la cantidad que, bajo los criterios de población, le hubiera correspondido pagar desde el ejercicio 2000, fecha en la que ya se le condonó la deuda anterior. El segundo lugar lo ocupa Minas de Riotinto, cuyo Consistorio debía afrontar el pago de 356.529,84 euros, de modo que entre los dos municipios de mayores dimensiones de la Cuenca absorben el 66% del capital que las arcas comarcales se halla pendiente de recibir de los distintos pueblos mineros, cuando el volumen de población que aportan asciende, según los últimos datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), al 59 por ciento. Sin embargo, el mayor peso de la deuda cae en la localidad nervense, que, mientras supone el 33,96 por ciento de los habitantes de la zona, es el depositario del 42,24 por ciento de las obligaciones.
La inyección económica que había dejado de realizar Zalamea la Real, al abrirse el décimo mes del año, alcanzaba, por su parte, los 264.161,12 euros, lo cual situaba al pueblo gobernado por Zarza en el tercer puesto. Su deuda aglutinaba el 17,59 por ciento del total, cuando su población se corresponde con el 20,08 por ciento. Similares son los números de El Campillo en términos proporcionales, puesto que los 156.510,89 euros que debía equivalen al 10,42 por ciento, mientras que sus ciudadanos representan al 13 por ciento de los habitantes de la Cuenca. Los 48.112,59 euros de Campofrío, los 33.407,06 euros de Berrocal y los 8.566,16 euros de La Granada de Riotinto, cuyas poblaciones suponen el 4,41 por ciento, el 2,15 por ciento y el 1,27 por ciento de manera respectiva, englobaban el 6 por ciento de la deuda contraída por los consistorios mineros con el ente supramunicipal.
La diferencia radica en que El Campillo y Campofrío van por el año 2003 en lo que se refiere al pago mensual y Zalamea la Real, Minas de Riotinto y Berrocal, por el curso 2002. Unos retrasos sobre los que la alcaldesa campillera y vicepresidenta de la Mancomunidad, Encarnación Palazuelo (PSOE), aclara que ello no quiere decir que desde esas fechas no se haya hecho efectivo ningún ingreso. De hecho, asegura que la institución comarcal ha recibido, “con puntualidad”, de las arcas campilleras, a través del Servicio de Gestión Tributaria, una partida mensual mínima de cerca de 2.000 euros, algo que se repite en el caso de Minas de Riotinto con una cantidad de en torno a 2.500 euros.
Sólo Valverde del Camino aparece libre de obligaciones económicas atrasadas, aunque esta situación responde a la menor responsabilidad del Ayuntamiento andevaleño, puesto que sólo es miembro de la Mancomunidad en aquellos asuntos relacionados con el ciclo integral del agua. Un apartado que, en palabras del presidente, a diferencia de otras materias como la formación y el empleo, no genera gastos extraordinarios. Zarza explicó, en esta línea, que, mientras las nóminas de la plantilla actual rondan los 160.000 euros de costes, apenas son cinco las personas fijas. El resto forma parte de programas como los talleres de empleo o los planes de formación, de cuyos gastos está exento Valverde del Camino.
Una luz optimista en forma de “voluntad de pago”
Las tajantes manifestaciones del presidente de la Mancomunidad, Vicente Zarza, reflejan de forma clara la aguda crisis que ahoga a este organismo comarcal y la pérdida de credibilidad a la que, en consecuencia, se puede ver abocado en su anhelo de liderar un proceso de diversificación socioeconómica que entierre la tradicional dependencia del monocultivo del cobre. “Si ni siquiera podemos asumir el pago de las nóminas a los trabajadores difícilmente podremos hablar de desarrollo”. Así expresaba la “preocupante” situación que atraviesa el ente supramunicipal. Sin embargo, al mismo tiempo, mostraba un cierto optimismo ante la voluntad de cambio que percibe de la totalidad de los ayuntamientos, los cuales han acometido ya el ingreso del 5 por ciento de sus respectivas deudas, a excepción, según los datos aportados por Zarza, de La Granada de Riotinto, que la ha sufragado en su totalidad (8.566,16 euros) y Nerva y Minas de Riotinto, que, al deber cantidades superiores, no han alcanzado ese porcentaje. Lo importante, como asegura el presidente, es el nuevo clima de apertura al diálogo y la predisposición de la totalidad de los ayuntamientos a solucionar la crisis de las arcas mancomunadas. En este punto, resulta simbólico el caso de Nerva, que, desde la condonación de la deuda contraída hasta el año 2000, no había transferido ninguna partida al órgano comarcal.
A la espera del amparo del Servicio de Gestión Tributaria
La solución al grave problema que azota a las arcas de la Mancomunidad pasa, bajo la perspectiva del presidente, Vicente Zarza, por un estudio por parte de las intervenciones de los consistorios mineros que dilucide la situación de sus arcas y la búsqueda de amparo en el Servicio de Gestión Tributaria o, en su defecto, la formalización de préstamos con alguna otra entidad de crédito. Pero es aquí donde el alcalde de Nerva y portavoz del Giner en el órgano supramunicipal, Domingo Domínguez, matiza que, ante la necesidad de saneamiento del Ayuntamiento nervense, es “imprescindible” que esa fórmula de pagos sea aplicable también al resto de la deuda municipal de su pueblo, la cual asciende, bajo sus estimaciones, a unos 7 millones de euros, de los cuales en torno a 2,5 corresponden a obligaciones con proveedores. Y es que, “afrontar una deuda concreta no puede comprometer la subsanación del resto”, espetó.
De igual modo, Domínguez aboga por la necesidad de tener en cuenta las circunstancias de cada Ayuntamiento a la hora de establecer el porcentaje de la deuda a pagar en cada momento, de modo que se les dé un mayor margen de maniobra a los que sufren una economía menos saneada. En esta línea, insiste en que no se puede exigir a Nerva el pago de 634.366,41 euros a corto plazo, “máxime cuando se trata de una responsabilidad generada por el anterior equipo de Gobierno socialista”. No obstante, puntualiza que ya el ingreso de alrededor de 5.000 euros realizado para que la Mancomunidad pudiera cubrir las nóminas, así como la “firme intención” de incluir en los Presupuestos Municipales de 2008 partidas para cumplir con las obligaciones de ese ejercicio, “marca un horizonte de entendimiento inexistente hasta ahora”.
Todo ello, según se extrae de las declaraciones de los dirigentes de la zona, deriva en la urgencia de que una entidad financiera, “preferiblemente pública”, apueste por la Cuenca Minera y conceda un crédito por valor de 1,5 millones de euros para luego ser “solidaria” a la hora de establecer las condiciones de devolución.
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