JSA exige medidas inmediatas que salven a la Cuenca de la crisis
Los jóvenes socialistas piden a las administraciones la máxima implicación hacia una comarca que “no sobrevivirá a la larga espera de las autovías”
CUENCA MINERA. Un nuevo golpe sobre la mesa. Así puede definirse la reacción de Juventudes Socialistas de la Cuenca Minera (JSA) ante lo que consideran una situación sociolaboral “insostenible”. Como respuesta al especial contexto de incertidumbre por el que atraviesan trabajadores de los sectores del plástico, el sanitario o el agroalimentario, las agrupaciones mineras del brazo juvenil del PSOE exigen a las administraciones la máxima implicación para la puesta en marcha de medidas “reales e inmediatas”. La comarca, según exponen en un manifiesto, no puede esperar “ni un segundo más”, porque, de lo contrario, “nuestra tierra no sobrevivirá a los largos trámites que conlleva la ejecución de los anhelados desdobles de las carreteras N-435 (Huelva-Badajoz) y A-461 (El Campillo-Santa Olalla del Cala)”.
Sobre esas ansiadas infraestructuras, junto a la creación de un macropolígono industrial y la reapertura de la línea del cobre bajo el “ineludible” principio de la viabilidad económica y medioambiental, sin olvidar el potencial turístico de la zona, “descansan las esperanzas de nuestros pueblos, pero es imprescindible un plan de choque urgente que permita a la Cuenca llegar en unas condiciones óptimas al instante de la materialización de esos sueños”. Se trata, desde la perspectiva de los jóvenes socialistas, de atenuar un éxodo rural que, acrecentado por la falta de expectativas, ha derivado en la pérdida de más del 20 por ciento de la población en las dos últimas décadas.
El escrito, que fue entregado a la plantilla de Tubespa en la noche del viernes, recuerda que la industria del plástico es la bandera de aquella primera diversificación que paralizaron los embargos consumados sobre el patrimonio minero en el momento de la “trágica” liquidación de MRT SAL. “De su subsistencia, por tanto, depende el ánimo de una comarca entera”, motivo por el que, tras la marcha atrás de Cajasol en su intención de vender la empresa, Juventudes Socialistas dio su enhorabuena a unos trabajadores que, como expuso su portavoz comarcal, Pablo Pineda, “habéis dado un ejemplo de cómo afrontar una negociación colectiva, de forma pacífica, paciente y con firmeza”.
En esta línea, el documento elaborado por JSA de la Cuenca Minera afirma con rotundidad que “sólo admitimos avance, progreso, crecimiento, libertad, igualdad y solidaridad”, así que, “todo movimiento reivindicativo urdido con la meta de sembrar la semilla del bienestar en nuestra tierra contará con nuestro respaldo”. La legitimidad de estas demandas reside, en palabras del brazo juvenil del PSOE, en la condición histórica que sitúa a la zona como motor económico de la provincia de Huelva hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX. “Llega la hora de devolver esa aportación mediante una eficaz política de discriminación positiva que elimine la brecha existente entre nuestros pueblos y otras áreas de la geografía onubense como la Costa o el Condado.
Manifiesto de JSA-Cuenca Minera
Las diferentes agrupaciones locales de Juventudes Socialistas (JSA) de la Cuenca Minera de Río Tinto, ante lo que consideramos una situación de crisis sociolaboral insostenible, exigimos la puesta en marcha de un plan de choque con medidas reales en el que intervenga la totalidad de las administraciones públicas, tanto el Gobierno central y la Junta de Andalucía como la Diputación Provincial, la Mancomunidad y los propios ayuntamientos. La comarca no puede esperar ni un segundo más. Los jóvenes socialistas no podemos permanecer impasibles ante el hundimiento definitivo de una zona que ya tocó fondo con el desplome de la minería. Los desdobles de las carreteras N-435 (Huelva-Badajoz) y A-461 (El Campillo-Santa Olalla del Cala), así como el ansiado proyecto de un macropolígono industrial y la reapertura de la línea del cobre sobre la base de la viabilidad, son, de un modo incuestionable, el futuro, la esperanza de recuperar la vitalidad de tiempos pasados que hoy se recuerdan con nostalgia. Pero nuestra tierra no sobrevivirá el periodo suficiente como para ver esos sueños hechos realidad, a no ser que se pongan sobre la mesa, que se desarrollen, acciones urgentes que no sólo salven las actividades económicas y los puestos de trabajo actuales, sino que generen nuevos y solventes focos de riqueza y empleo para que, al menos, mientras se ejecutan esas anheladas infraestructuras, se atenúe el masivo éxodo rural que sufren unos pueblos que han perdido, a lo largo de las dos últimas décadas, más del 20 por ciento de su población.
La industria del plástico, la base de esa primera diversificación paralizada por los embargos consumados sobre el patrimonio minero en el momento de la trágica liquidación de la extinta compañía MRT SAL, atraviesa serias dificultades, se halla sumida en un contexto desalentador que siembra la desesperación en sus trabajadores, en las familias que dependen de su actividad, de su producción. Empresas como Tubespa, Nature Pack y Río Tinto Plástico constituyen el emblema de ese proceso de diversificación que no pudo terminar de ejecutarse. De su subsistencia, fruto de esa condición de bandera de una zona que huye del monopolio del metal, depende, en consecuencia, el ánimo de una comarca entera, la que nació y creció en torno a las rojizas aguas del Tinto. Su decadencia, su desaparición, caería como una losa insalvable sobre unos pueblos que perderían todo atisbo de ilusión, que ya no tendrían razones para luchar, para eludir el camino de la huida, para seguir resistiéndose a cruzar las puertas de la emigración hacia otras áreas geográficas más ricas de la provincia, de la región o del resto del país. Por ello, Juventudes Socialistas de la Cuenca Minera se opone a cualquier maniobra que derive en nuevos pasos atrás. Sólo admitimos avance, progreso, crecimiento, libertad, igualdad, solidaridad. Unos principios irrenunciables que nos llevan a brindar nuestro apoyo más firme y sin fisuras al conjunto de los trabajadores afectados por el clima de incertidumbre que se dibuja sobre el futuro del conjunto de la comarca. Las personas vinculadas al sector del plástico, al sanitario, al agroalimentario, a la construcción... tienen en Juventudes Socialistas un comprometido aliado a la hora de velar por su estabilidad y su bienestar.
Todo movimiento de protesta urdido en busca de la salvación de la Cuenca, toda iniciativa ideada con la meta de sembrar la semilla del progreso social y económico de nuestra tierra, contará, por tanto, con el respaldo de los jóvenes socialistas, que no dudaremos ni un instante a la hora de sumarnos a la primera fila de cualquier reivindicación. La provincia, la región y el país entero nos tienen que escuchar. Y tienen que hacerlo de manera inmediata, sin mayores dilaciones. Nos lo deben. Están en deuda con una tierra que derramó sudor y sangre para erigirse en motor de la economía y símbolo del crecimiento de una Huelva que no era nada, que carecía de peso en la esfera nacional e internacional. Ahora llega la hora de devolver esa aportación, de dar a la comarca el impulso que necesita para levantarse de nuevo. Basta con la materialización de una eficaz y efectiva política de discriminación positiva que dé a la zona, y a su tejido empresarial, el mismo empujón que en su día nuestra mina brindó al resto de su entorno para que se convirtiera en lo que hoy es. Juventudes Socialistas de la Cuenca Minera no quiere una comarca subsidiada, sino la creación de un ambiente propicio para la igualdad de oportunidades, para la eliminación de la brecha existente entre nuestros pueblos y otras áreas geográficas onubenses más ricas como la Costa o el Condado. Nuestras demandas son legítimas, pues de ellas dependen nuestro futuro, porque sin presente nunca hay esperanza. Lo que hoy hagamos será lo que determinará el mañana.
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