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Pablo Pineda

El despertar de una comarca

El despertar de una comarca

Los recientes conflictos laborales han desembocado en una movilización sociopolítica que ha obligado a la reacción de las administraciones / La Junta busca ya emplazamiento para un macropolígono industrial

CUENCA MINERA. La Cuenca Minera resurge de su letargo. Los conflictos laborales que han azotado con el látigo de la incertidumbre a toda la comarca en las últimas semanas han desembocado en el despertar de una tierra que yacía dormida, convaleciente de las enquistadas heridas de una crisis que arrastra desde hace décadas. La movilización social y política acaecida en respuesta a los nuevos problemas que brotaban en una zona desconfiada y cansada de la larga espera de los desdobles N-435 (Huelva-Badajoz) y A-461 (El Campillo-Santa Olalla del Cala), con miedo de no sobrevivir lo suficiente como para ver la inauguración de esas anheladas infraestructuras, ha derivado en una reacción de las administraciones: primero, con la divulgación de las inversiones que se hallan en proceso de ejecución; y segundo, con el compromiso “firme” de buscar, con agilidad, el emplazamiento más adecuado para el tantas veces reivindicado macropolígono industrial o Parque Empresarial y Tecnológico. Una tarea, esta última, encomendada “con urgencia” por parte de la Junta de Andalucía a la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (IDEA) y a la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA).

El origen es claro, un tajante golpe sobre la mesa ante un clima que amenazaba con resquebrajar el pacto de confianza existente entre la ciudadanía de la comarca y el socialismo desde hace siglos. Los alcaldes, al margen de las tendencias localistas que se les imputa con frecuencia, alzaban la voz al unísono para exigir a las administraciones “amigas” medidas de choque de aplicación inmediata, un mensaje lanzado después por las agrupaciones locales de Juventudes Socialistas en un tono más combativo, si cabe. La situación era considerada “insostenible”, el contexto era desalentador. La Caja de Ahorros Cajasol anunciaba la venta de Tubespa a la empresa ALA y sembraba el temor al despido entre una plantilla de 85 trabajadores, la cual, vislumbraba, incluso, en un horizonte no muy remoto, un posible cierre de esta firma del sector del plástico. En el ámbito agroalimentario, las empleadas de Nerva Croissant no dejaban de sufrir retrasos en el pago de sus nóminas. Y, mientras, para colmo, el equipo de mantenimiento del Hospital Comarcal de Minas de Riotinto se encadenaba a las puertas del centro por un supuesto incumplimiento del convenio colectivo del metal por parte de Ferrovial, tasado en una merma media de alrededor de 4.000 euros en los ingresos de cada operario.

Las protestas aceleraron la búsqueda de soluciones. La presión de los trabajadores de Tubespa, con el apoyo institucional del Pleno de la Mancomunidad, encendió la luz de alerta en el PSOE, que ejerció la máxima influencia posible para evitar que Cajasol se marchara del Consejo de Administración de una compañía que, junto a Río Tinto Fruit, Río Tinto Plástico y Nature Pack, emerge como símbolo de la primera diversificación socioeconómica de la Cuenca. El acuerdo con el comité de empresa, liderado por Juan Carlos Maniviesa y Raúl Delgado, ambos de UGT, contemplaba prejubilaciones y 80 días de sueldo por año trabajado para quienes fueran despedidos. La Caja de Ahorros, ante la imposibilidad de hacer frente a esas condiciones, dio marcha atrás y anuló la transacción. El mismo día, el delegado provincial del Gobierno andaluz, Manuel Alfonso Jiménez, accedía a reunirse con el presidente del ente supramunicipal y regidor de Zalamea la Real, el socialista Vicente Zarza, después de recibir la petición de una cita unos quince días atrás. El encuentro fue clave para que se sentaran las bases del proyecto del ansiado Parque Empresarial y Tecnológico.Y poco después, Ferrovial satisfacía las exigencias de los empleados de mantenimiento del hospital riotinteño.

Sin embargo, para que las esperanzas de futuro asociadas a las autovías y a ese macropolígono industrial que la zona demanda desde mediados de los años 80, cuando la mina comenzaba a languidecer, se materialicen en la práctica, es imprescindible salvar el presente. Así lo entienden los agentes sociales de la comarca, que han constituido una Plataforma Ciudadana por el Desarrollo y la Diversificación de la Cuenca Minera “ajena a siglas políticas e intereses partidistas” y en la que, de momento, están representadas las plantillas de Nature Pack, Tubespa, Río Tinto Plástico, Nerva Croissant, Río Tinto Fruit, Ferrovial, Insersa, el Ayuntamiento de Minas de Riotinto (con problemas de cobro por la falta de liquidez del Consistorio) y la Mancomunidad. Su objetivo, instar a las administraciones públicas a propiciar un “impulso decisivo” que se traduzca en la creación de empleo de calidad y en la agilización de los trámites ineludibles para la implantación de las infraestructuras puestas sobre el tapete.

El recién creado foro, al que se opone el secretario general del PSOE de Huelva, Mario Jiménez, por sostener que “oculta a partidos políticos”, cuenta, sin embargo, con el apoyo, aunque algo difuso aún, de los alcaldes mineros, que, sin adherirse de un modo directo, han mostrado su intención de atender sus planteamientos desde las instituciones que representan, con el fin de asumirlos en su búsqueda de soluciones a la crisis por la que atraviesa la zona desde el hundimiento de la línea del cobre. De momento, lo que sí ha quedado dilucidado es que la Plataforma tilda de “insuficientes” las inversiones en las políticas activas de empleo, en la medida en que “sólo son parches efímeros” que no consiguen la meta de la inserción laboral ante la falta de una estructura empresarial consolidada. Ésta es su réplica a las declaraciones con las que el consejero de Empleo, Antonio Fernández, aseguraba que la comarca, por su condición de zona de Actuación Territorial Integral Preferente para el Empleo (ATIPE), recibía cada año 3,5 millones de euros para actuaciones de formación. El problema, para Fernández, era la falta de iniciativa privada y cultura emprendedora.

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