3 de abril: Municipalismo
Hoy se cumplen 34 años de las primeras Elecciones Municipales de la actual etapa democrática, de aquel 3 de abril en el que nuestros pueblos, exentos por fin del brazo ejecutor del caudillo, empezaron a escribir su futuro, su propia historia, su devenir, desde la libertad, al igual que Salvochea, nuestro municipio, se emancipaba de Zalamea la Real, de los grilletes del caciquismo, aquel 22 de agosto de 1931 al calor de los aires revolucionarios de la Segunda República. Gracias a ella. Y hoy, una vez más, la derecha amenaza esta libertad con las cadenas que emanan de su Reforma de la Administración Local, de su contrarreforma para coartar la autonomía de unos ayuntamientos a los que quiere ahogar, intervenir, dejar sin competencias… Un intento subrepticio, camuflado, de acabar con la democracia, de eliminar a esos concejales que se desviven por su gente sin pedir nada a cambio, que son referentes indudables para sus vecinos, pruebas claras e inequívocas (y, por consiguiente, molestas para el PP y su círculo de opulencia), de que no todos somos iguales, ese mensaje, esa falacia, que tanto les interesa extender, porque les beneficia, porque incita al desconcierto, a la desmovilización, al desánimo de la izquierda, a su dispersión, a la abstención. Ellos siempre ganan en ese río revuelto.
La crisis sólo es la coartada perfecta. Lo que hay detrás es su ideología, la búsqueda de sus propios intereses (siempre económicos), porque eliminar a esos referentes cercanos, esa mano tendida a los ciudadanos, maniatarlos, les perpetúa en el poder, ese que consideran que les pertenece por derecho, por historia, por tradición, por el peso de sus bolsillos, que no aceptan que el pueblo les pueda arrebatar en las urnas. Sí, con esa papeleta que nos iguala a todos, a los que más tienen y a los que no tienen nada. Por ello, hoy, más que nunca, toca reivindicar el papel de los ayuntamientos, de esa autonomía, de ese sueño, que se empezó a construir en 1979, en un día como hoy, un 3 de abril, porque son ellos, los municipios, los grandes transformadores de nuestra sociedad, los principales promotores del cambio vivido en estos 34 años. Es tiempo de proteger este camino recorrido e, incluso, de reforzarlo, de avanzar, de dar nuevos pasos. Y, por tanto, es tiempo también de acelerar la proclamación de la República, porque es ella, como se comprobó en 1931 con el nacimiento de la independencia de Salvochea (esa misma que hoy peligra), el mayor garante de libertad, igualdad y solidaridad, de democracia.
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