Blogia
Pablo Pineda

El Campillo, capital andaluza del 'fair play'

El Campillo, capital andaluza del 'fair play'

Hasta 400 pequeños conviven en el Francisco Valero Rojas en el XIII Torneo de Exhibición Prebenjamín-Benjamín de Escuelas Municipales de Fútbol

EL CAMPILLO. El Campillo se erigió el pasado domingo en capital andaluza del fútbol base y, por ende, del fair play, del juego limpio, el mismo que emerge de la inocencia de los niños, de su ilusión por hacer amigos, por construir aquello que, muchas veces, los mayores olvidan y hasta devastan. Ésa, como siempre, fue la lección que dieron los 400 pequeños que participaron en el XIII Torneo de Exhibición Prebenjamín-Benjamín de Escuelas Municipales ‘Danone Nations Cup 2013’ celebrado sobre el césped artificial del Francisco Valero Rojas minero. Sobre el tapete, tres categorías y trece equipos diferentes, los anfitriones, Nerva, Minas de Riotinto, Zalamea la Real, Aroche, La Palma del Condado, Cazalla de la Sierra, Carmona, Arahal, El Coronil, El Empalme, Altair y Arroyo-Calavera. Todos estaban en casa, como si de una gran familia se tratara. Ése era, desde luego, el ambiente que se respiraba. El nexo de unión, claro, el amor al balón.

Ni siquiera el resultado importaba. El cuero rodaba y, con él, la convivencia, el compañerismo, el fútbol en estado puro, el deporte como elemento, como foco de diversión, como fuente de regates, pases, paradas y goles inverosímiles, de destellos de calidad, de manos dadas entre rivales, de espontáneos abrazos entre oponentes... Sin piscinazos ni protestas, sin malos gestos, sin patadas a destiempo, sin golpes malintencionados, sin maldad. Sólo juego, sólo balompié, sólo fiesta, sólo alegría. Sólo lo mejor en cada uno de los 42 encuentros que se disputaron durante la mañana en los cinco campos en los que se dividía la impecable alfombra verde del Valero Rojas salvocheano. Cambiaba la edad. Los jugadores eran bebés, prebenjamines o benjamines. Pero la esencia se mantenía intacta. Nada variaba. La grada tampoco, como el rectángulo, rebosante de espectadores hilarantes.

Las luces del Centro de Estudios, Desarrollo e Investigación del Fútbol Andaluz (Cedifa) y la Federación Andaluz de Fútbol (FAF) apuntaban a la silueta de las estrellas de la jornada, los menores. Era su día. Ellos eran los protagonistas. Sin embargo, entre bambalinas, estaban los artífices, los autores de un guion que se empezó a escribir en la temporada 2005-2006 y que se forja desde 1995, cuando nacía la Escuela Municipal de Fútbol Base de El Campillo. Era el colofón, el broche, el premio a años de esfuerzo, de dedicación altruista, de entrega a los pequeños, a más de un centenar de niños de todas las edades, desde prebenjamines hasta juveniles, que se forman y crecen con los hábitos saludables, con el deporte, alejados de costumbres nocivas. Era el cierre a semanas, a meses, de ardua tarea, de horas de limpieza, de pintura, de remodelación de los vestuarios, de lucha de esos padres, madres y hasta abuelos y abuelas, de los monitores y voluntarios que, tras los entrenamientos, se quedaban en el Valero Rojas, para que todo estuviera listo para la cita, hasta el más ínfimo detalle. De ellos es el éxito.

0 comentarios