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Pablo Pineda

Compromiso social, sátira y humor a través de letrillas de carnaval

Compromiso social, sátira y humor a través de letrillas de carnaval

Seis agrupaciones, tres comparsas y tres chirigotas, volcaron sobre el escenario del ‘Atalaya’, con tipos graciosos y serenos, su visión de la realidad

EL CAMPILLO. Tras casi medio año de ensayos, de tensiones y buenos momentos, de un largo y enriquecedor periodo de gestación de un repertorio musical de crítica y humor, de sátira e ironía, de libertad de expresión, se abrió el pasado fin de semana el telón del carnaval de El Campillo, por cuyas bambalinas han pasado seis agrupaciones (tres comparsas y tres chirigotas), dos más que en la edición anterior. Aún lejos de épocas no muy distantes, en las que participaba en torno a una decena de formaciones del municipio, el primer contacto con el escenario del Teatro Atalaya ha supuesto, no obstante, un avance no sólo cuantitativo, sino también cualitativo.

La Peña Carnavalera ‘Los Diablos’, con veinte febreros a sus espaldas y comparsa referente desde la retirada de ‘Los Califas’, o la debutante, aunque con integrantes con una amplia trayectoria en las carnestolendas campilleras, ‘Bienaventurado’ aportaron la magia y majestuosidad del género sobrio del carnaval, con las mejores voces de la presente edición entre sus miembros. Los primeros, bajo el disfraz de sereno y el nombre ‘Cuando despierta la noche’, apostaban por la unidad y la participación de un pueblo al que no quieren ver dividido por la política. Y los segundos, un grupo de socialistas utópicos o anarquistas que, cansados de la locura del sistema capitalista, huyeron hacia el campo en busca de la libertad y la autosuficiencia, ensalzaban con su música, su poesía, la figura del obrero, del trabajador. También retornaban, después de un año de ausencia, bajo el tipo de guerreras elfo, las féminas de ‘Guardianes del Bosque’ para completar la terna de comparsas.

El desparpajo y la gracia de las chirigotas llegaba de la mano de las veteranas peñas de ‘Los Perendengues’ (que sobrevive desde la primera edición) y ‘Los Esponjas’, acompañadas por los vendedores ambulantes ‘Venimos del charco La Pava’. ‘El abominable hombre del Tune-5’, denominación del monstruoso disfraz de los que pueden considerarse padres del carnaval de El Campillo representaba a un ser cuyo origen se halla en uno de los muchos campilleros que se refugiaban de los bombardeos de 1936 en esa galería minera de la localidad. Allí se ha mantenido el personaje de esta murga, por miedo, siete décadas. Cupido y su capacidad para regular el nivel de amor alcanzable por cada uno de los mortales, es, por otra parte, el tipo de ‘Como te dé con la flecha ya tienes la vida hecha’, la agrupación dirigida por Manuel Gregorio.

Todas las formaciones, en su conjunto, se han hecho eco del principal acontecimiento del año, cada una con su visión particular de la realidad local: las elecciones municipales del 27 de mayo de 2007 y el posterior pacto de dos fuerzas enfrentadas hasta ese instante: PSOE e IU. Los parecidos de gente del pueblo con los propios disfraces o con personajes famosos, la puntual anegación de la única farmacia del pueblo como consecuencia de una jornada de fuertes lluvias, la defensa del Parque Municipal de Los Cipreses o temas siempre actuales como la violencia machista fueron otros aspectos enfocados por la mirada libre y sin tapujos propia del carnaval.

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