Y el pueblo sale a la calle
El Carnaval de El Campillo vive su momento álgido con un multitudinario desfile lleno de disfraces y colorido en su treinta cumpleaños
EL CAMPILLO. Y el pueblo sale a la calle. El Carnaval de El Campillo vivía este sábado su momento más álgido, un canto a la participación, con un multitudinario desfile cargado de colorido, disfraces y sones de cajas y bombos con los que la localidad minera celebraba el treinta cumpleaños de la fiesta de la libertad, una larga trayectoria que lo sitúa como uno de los más emblemáticos de la Cuenca Minera y el conjunto de la provincia de Huelva.
Cientos de vecinos se unían a las seis agrupaciones que desde el miércoles habían exhibido en el Teatro Atalaya sus repertorios de letrillas en cada uno de los tres pases de las carnestolendas salvocheanas. Entre ellas, dos femeninas y una mixta infantil, y, como siempre, la que nunca ha faltado a la cita con febrero desde ese 1984 en el que el municipio suscribía su compromiso con don Carnal, la Peña Los Perendengues.
El Campillo se evadía de la rutina con un paréntesis en el que su paisanaje se encarnaba en los más variopintos personajes desde una tableta de chicles o Alicia en el país de las maravillas (los dos conjuntos que compartieron el premio al mejor disfraz) hasta fregonas, patos, mimos, payasos, ladrones, pitufos y un largo etcétera. Así, hasta altas horas de la madrugada, hasta que el fin del baile devolvía a la antigua Salvochea, con retraso, a un nuevo tiempo de Cuaresma.
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