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Pablo Pineda

El Campillo de nuevo se torna Salvochea

El Campillo de nuevo se torna Salvochea

La bandera tricolor luce este 14 de abril en el balcón del Ayuntamiento para conmemorar el 85 aniversario de la proclamación de una II República con la que el municipio minero ganó la independencia y homenajear a los mártires por la democracia y la libertad

SALVOCHEA. El Campillo se torna Salvochea. De nuevo, por un día. La tricolor, como ya ondeara allá por 1931 y al igual que en 2013, aunque en aquel momento de manera más efímera, vuelve a lucir en los balcones del Ayuntamiento de la localidad minera. Ahora, como entonces, para conmemorar el 85 aniversario de la proclamación de la II República, la misma con la que, tras décadas de lucha infructuosa, el municipio minero rompía las cadenas que lo ataban a Zalamea la Real y ganaba su independencia. Un homenaje a la conquista de la democracia, a aquella luz de libertad, a la germinación de ese color violeta que simboliza la igualdad y, junto a ello, a los 345 salvocheanos que yacen, aún hoy, en el anonimato de una fosa común o una cuneta, y al extenso reguero de viudas (194) y huérfanos (564) que dejaron los asesinos de los primeros, anulados y abocados a la miseria por la represión franquista.

La memoria de El Campillo, y de quienes defendieron su libertad, brota hoy, viva, desde la tierra, con la colocación de la bandera republicana y el grito, entre flores, de cada uno de sus nombres que tendrá lugar esta tarde en el cementerio municipal, junto al sencillo monumento levantado sobre la fosa en la que, en el marco de aquel genocidio, fueron arrojados por sus verdugos la mayoría de ellos y que con tanto esmero cuidó durante años, desde su instalación en los albores de la actual etapa democrática y hasta su muerte (en enero de 2015, a los 96 años de edad), el veterano socialista Carlos Pernil Nieves. Tres palabras los acompañan, a todos: verdad, justicia y reparación. Como también el anhelo de la restauración de aquellos tiempos, la culminación de una Transición “inacabada”, la devolución de la dignidad a tantas almas y a tantos sueños que fueron arrancados, de cuajo, por el brazo ejecutor de la barbarie y la sinrazón, por el disparo certero de la intolerancia fascista personalizada en el caudillo.

La iniciativa, auspiciada por el PSOE, que, con Susana Rivas Pineda como alcaldesa, gobierna de nuevo el Ayuntamiento con ocho concejales frente a los tres escaños que ocupa el PA, se suma a otras acciones recientes, como la aparición, el 14 de abril de 2014, de una pintura que aún pervive en el mismo muro en el que el franquismo levantó la “indigna” Cruz de los Caídos por Dios y por España (retirada en 1979). Desde esa pared emerge ahora el puño obrero de los mártires por la democracia, por la legalidad republicana, para alzar de nuevo la bandera tricolor. Un año antes, bajo el mandato de la alianza PA-PP, un grupo de integrantes de las Juventudes Socialistas salvocheanas era denunciado por el ya ex regidor andalucista Francisco Javier Cuaresma por poner, durante la madrugada del 14 de abril, la tricolor en los balcones de la Casa Consistorial. El Campillo, ese día, amanecía Salvochea.

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