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Pablo Pineda

La UHU equipara el aire junto al vertedero de Nerva con el de Doñana

La UHU equipara el aire junto al vertedero de Nerva con el de Doñana

La Unidad CSIC-Universidad de Huelva concluye que ni las emisiones mineras ni la planta de tóxicos afectan a la atmósfera

CUENCA MINERA. Las primeras conclusiones del estudio sobre la calidad del aire en la Cuenca Minera que desarrolla la Universidad de Huelva (UHU) ponen de relieve que los niveles y composiciones químicas de los elementos analizados se encuentran dentro de los valores normales descritos en otras estaciones de ámbito rural de España y de la provincia de Huelva, tales como Doñana o el Andévalo. Así lo confirmó ante los miembros de la Comisión de Seguimiento del Vertedero de Residuos Tóxicos y Peligrosos de Nerva el investigador principal del trabajo de campo, el responsable de la Unidad Asociada CSIC-UHU, Contaminación de Huelva, Jesús de la Rosa. Una afirmación en la que se apoyó el profesor para enviar un mensaje tranquilizador a los vecinos de una comarca que conviven con la sombra constante de polémicas, dudas sanitarias y desconfianza desde la puesta en funcionamiento del complejo medioambiental que gestiona la empresa Befesa hace ahora una década.

Estos resultados se derivan de un año de observación de en torno a un centenar de muestras de filtros diarias obtenidas a través de captadores de alto volumen y examinadas mediante técnicas instrumentales, algo con lo que se ha conseguido el análisis de 65 elementos y compuestos inorgánicos. También se presentaron los datos sobre meteorología, dirección del viento y orígenes de masas de aire, destinados a conocer la influencia de las partículas llegadas al municipio nervense desde largas distancias. Las mayores concentraciones de partículas se producen durante episodios de intrusión de masas de aire norteafricanas, las cuales acontecen en un 25 por ciento de los días.

El informe describe con detalle toda la información recabada en unos muestreos en los que ha colaborado personal investigador y técnico del Centro de Investigación en Química Sostenible (CIQSO) y el Laboratorio de Investigación y Control Agroalimentario (Licah-Ciderta), ambos de la Universidad de Huelva, así como el propio Ayuntamiento de Nerva. Un periodo en el que los valores mayoritarios registrados se han correspondido en todo momento con parámetros moderados. No obstante, aún no se da por cerrada la investigación, que, tras arrancar en marzo de 2009, se prolongará a lo largo de los dos próximos cursos. Para la evaluación se situaron cuatro captadores de partículas en suspensión en distintas áreas de la Cuenca Minera entre las que destacan el núcleo urbano de Nerva y el Centro de Transportes ubicado en los aledaños del vertedero de residuos.

Ésta no es la primera vez, ni, presumiblemente, la última, en la que la localidad minera se someta a un estudio sobre la calidad del medio ambiente, siempre insuficientes a juicio del portavoz de Ecologistas en Acción en Huelva, Juan Romero, quien demanda un estudio epidemiológico global que analice en profundidad la calidad del agua, el aire y el suelo de la zona. Un punto en el que hay que recordar que Nerva ya fue objeto, hace cinco años, de numerosos estudios epidemiológicos y medioambientales por parte de la Junta de Andalucía y técnicos independientes, aunque ninguno tan exhaustivo y prolongado en el tiempo como el que desarrolla la UHU en estos instantes.

Entonces, fue el Grupo Tar Innova, de la Escuela Politécnica de la Universidad de Sevilla, catalogado como equipo investigador en el Plan Andaluz de Investigación con el RNM 159 y liderado por el profesor Julián Lebrato, el que trabajó sobre tres líneas de actuación: agua, aire y suelo. Su recomendación, tras meses de trabajo, fue combatir la circulación del hierro minero en suspensión a través de la atmósfera. Algo a lo que añadió, con el fin de garantizar una Nerva más saludable, una serie de directrices entre las que destacaban la reforestación de la zona en aquellos lugares donde realmente se hacía necesario, la mejora en la red de abastecimiento de agua potable y la creación de un servicio central que controlara la calidad medioambiental del municipio. Un lustro después, los vecinos aún esperan que se hagan realidad aquellos consejos.

Los vecinos exigen que cese el efluvio de malos olores

Las barriadas más perjudicadas por las emanaciones son El Ventoso y José M. Pascual

Desde hace un año, más de un centenar de habitantes de Nerva se quejan de forma reiterada por los malos olores que, a su juicio, provoca el vertedero de residuos tóxicos y peligrosos ubicado a un kilómetro escaso del casco urbano. La mayoría de las protestas son de vecinos que viven en torno a la barriada de El Ventoso, situada a unos 800 metros del complejo en línea recta, aunque también se han registrado algunas de otras calles más próximas al centro de la localidad e, incluso, de otras áreas, como es el caso de pintor José M. Pascual.

Ecologistas en Acción, en respuesta a estas reclamaciones, solicitó a la Consejería de Medio Ambiente que investigara si las nubes de polvo que se originan en el vertedero de tóxicos estaban “perjudicando la salud de los vecinos de los pueblos situados en el entorno de las instalaciones”. A finales de octubre de 2009, técnicos de la Junta de Andalucía instalaron una unidad móvil a 500 metros del vertedero para tomar muestras de aire y determinar la causa del mal olor. A fecha de hoy, aún se desconocen los resultados obtenidos.

En el polo opuesto, la empresa gestora del vertedero, Befesa Gestión de Residuos, siempre ha eludido cualquier tipo de responsabilidad sobre los olores, ya que las instalaciones “cumplen en todos los aspectos la normativa vigente y se someten permanentemente a estrictos controles por parte de la Administración”. Un argumento al que agregaba que trabajaba en la realización de un estudio propio sobre el tema, cuyos datos se darían a conocer en el primer trimestre de 2010. Ya ha pasada esa fecha y las conclusiones tampoco han trascendido.

Juan Antonio Hipólito / Huelva Información

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